Quién empaca tu paracaídas

Por Juan Carlos Hernández Ascencio
La historia de nuestra vida es una y es para vivirla intensamente o no es vida, tampoco será historia sino la hacemos interesante y dudamos que alguien querrá leerla. El símil de un paracaídas tiene relación con las personas con las que coincidimos en vida, con las que nos acompañen hoy, mañana y siempre, esas personas son quienes nos ayudan a empacar el paracaídas, porque un paracaídas bien acomodado en sus dobleces no falla; el cual nos salvará de una mala caída inclusive que nos salvará la vida cuando siempre sin temor nos aventamos al riesgo prominente de nuestras acciones intrépidas y temerarias.
Esas personas están ahí para ayudarnos, acompañarnos en la fortuna y en la desgracia, en la felicidad y la tristeza, son las que nos aconsejan antes de que tomemos decisiones importantes, son las que nos detienen previo al error y nos alertan sobre malas decisiones o nos impulsan a obrar con el fin de llegar al éxito.
Quien empaca nuestro paracaídas son “ángeles terrenales” que cuidan en cada instante de nuestras acciones que son las mejores tomadas gracias a esas personas que están en el momento oportuno para ser compañeros de vida o quizá de un momento, sin embargo, será de suma importancia entender que están ahí para un propósito y para proteger, ayudar y resolver cualquier situación que amerite hacerse.
Quién empaca tu paracaídas, sin duda será quien haga el bien y quizá sin saber con qué resultado, y claro con toda prontitud sentirás el favor hecho, pero un efecto duradero y hay que tomarlo sí, con precaución en ese instante y saber ser agradecido por siempre. En verdad no sabemos quién viene a salvar tal o cual situación que la vida nos ponga al frente, pues siempre estamos en coyunturas inesperadas.
Cuando nos enteramos de noticias que alteran nuestro estado de quietud, de ánimo y que no sabemos controlar los sentimientos y emociones, ahí también necesitamos de alguien que nos haga el favor de empacar nuestro paracaídas, sin duda porque entramos en una etapa de incertidumbre que nos provoca temor y desesperación, entonces hay una persona valiosa a nuestro lado que nos guiará y nos dará tranquilidad, esperamos que así sea y si no vaya buscando en quien confiar en esos momentos de zozobra en que nos impedidos de hasta a veces de pensar con el mera lógica.
Las capacidades, talentos, adiestramiento y experiencia de las personas harán que sea más fácil la vida, empero, si llega una situación inesperada es ahí donde se pone a prueba la inteligencia emocional de cada quien y por supuesto que también habrá en ese momento quien ayude a resolver con cabeza fría tal acontecimiento, será quien empaque de nuevo nuestro paracaídas; que noble labor de las personas que están atentos al dolor y necesidad del otro, del prójimo, pues es ahí donde veremos el magnífico resultado de quién nos ayude a sobrellevar la vida, mientras nos apuramos por vivirla intensamente sí, pero con la ética necesaria para reconocer también a quien nos tiende la mano, quien nos comparte su tiempo y toda su confianza y comprensión para que no caigamos al vacío, al precipicio de la infelicidad y de la indiferencia.
Hagamos nuestra historia escribamos bien sobre ella, no lamentemos a futuro las equivocaciones propias, antes bien, aquilatemos cada paso y cada día aprovechando lo que hay y reconociendo nuestras flaquezas. Que imperfectos somos, pero también perfectibles. Y usted ya sabe quién será el que empaque su paracaídas, o usted mismo ayudará a otros a empacar, como sea… hágale pues.!