La soberbia y deslealtad de Raul Salcedo y Guillermo del Pozo generó un conflicto innecesario al Gobernador Alejandro Murat, quien tuvo oportunidad de subsanar las irregularidades en la Policía Estatal.
* La lealtad a toda prueba de Heliodoro Carlos Díaz Escárraga fortaleció sus posibilidades de ser nombrado Secretario de Seguridad Pública. Es históricamente un muratista químicamente puro.

Uno de los mayores problemas que ha enfrentado el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa ha sido la soberbia, deslealtad, traición, corrupción e ineptitud de muchos de sus colaboradores.

La mayoría de sus supuestos amigos más cercanos han traicionado la confianza que les ha dispensado desde hace varios años, durante los cargos en el Estado de México y el Infonavit.

La ineficacia e ineficiencia de estos personajes cercanos al Ejecutivo han frenado el avance de los programas y acciones de gobierno y por ende han afectado la gobernanza y la gobernabilidad.

Lo peor de todo es que por su evidente, pública y notoria soberbia, desinterés, omisiones y negligencia, han dejado pasar la oportunidad histórica de servir a Oaxaca y a los oaxaqueños.

Estos servidores públicos, conocidos popularmente como “yupis”, han tomado a Oaxaca como tierra de conquista y se han dedicado a desviar recursos y hacer millonarios negocios en el estado.

El caso más reciente es el de Guillermo del Pozo García, subsecretario de Información y Desarrollo Institucional de la Secretaría de Seguridad Pública, quien con su soberbia provocó el paro policial.

El hartazgo de la Policía Estatal Preventiva detonó y desbordó por la indiferencia del secretario de Seguridad Pública, Raúl Ernesto Salcedo Rosales, dedicado a disfrutar del poder y dinero del cargo.

La nefasta actitud, soberbia y desleal, de ambos funcionarios, generó un conflicto innecesario al Gobernador Alejandro Murat, quien tuvo oportunidad de subsanar las irregularidades en la Policía.

El Mandatario Estatal fue oportunamente enterado que el conflicto de la Policía Estatal Preventiva pretendía ser capitalizado a su favor por siniestros políticos para apoderarse del control de esta.

Sabedor de esta perversa maniobra, con visión, sensibilidad y, sobre todo, firmeza, Murat dio un golpe de audacia y tomó al toro por los cuernos, para desactivar el paro de actividades policial.

El gobernante oaxaqueño no podía darse el lujo de permitirse perder el control de los mandos y elementos de la Policía Estatal Preventiva, pues sería muy grave no poder garantizar la seguridad.

Por la soberbia y deslealtad que detonaron el innecesario conflicto en la Policía Estatal Preventiva, seguramente serán dos elementos a considerar en el nombramiento del nuevo titular de la SSPO.

Y bajo esta perspectiva, se fortalecieron las posibilidades de la designación de Heliodoro Díaz Escárraga. Le avala la lealtad a toda prueba. Es históricamente un muratista químicamente puro.

Contra el “Yoyo” se pueden enderezar variadas críticas, pero no se puede pasar por alto su amplia trayectoria y experiencia político-administrativa en materia de seguridad pública y nacional.

Es líder histórico de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). Ha sido Secretario de Protección Ciudadana y Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Díaz Escárraga ha sido Diputado Federal y Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, además de Secretario General de Gobierno, responsable de la política interior del Estado.

Al final del primer periodo ordinario del tercer año de ejercicio de la LIX Legislatura de septiembre a diciembre de 2005, respondió el V Informe de Gobierno del presidente Vicente Fox Quesada.

Su experiencia como delegado del desaparecido Centro Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) en el Estado de México, Morelos e Hidalgo, en materia de seguridad nacional es muy importante.

Su historia de vida prueba que Heliodoro Carlos Díaz Escárraga, el popular “Yoyo” cuenta con el perfil profesional y el expertis necesario para ocupar el cargo de Secretario de Seguridad Pública.

En última instancia correspondió, por supuesto, al Gobernador Alejandro Murat Hinojosa tener la última palabra en la designación del nuevo responsable de la seguridad pública en Oaxaca.

Sin embargo, a los periodistas y a los medios de comunicación nos corresponde como obligación social y ética hurgar en la trayectoria de vida sobre quien es quien y ventilarlo públicamente.

Escuchar a la opinión pública siempre será un elemento altamente positivo y muy útil a los gobernantes para saber bien a bien, a quien invitar a colaborar a su lado, para no equivocarse.

Tomar este tipo de decisiones, es mucho más importante en la última parte del sexenio de los gobiernos federal y estatales para realizar un positivo cierre en la administración gubernamental.

alfredo_daguilar@hotmail.com
dcirector@revista-mujeres.com
@efektoaguila

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