por Horacio Corro Espinosa

En cada elección los partidos se han esmerado en buscarle la trampa a la ley. Durante las campañas todos se dedican a hacer promesas. Con esa versión creen que conseguirán más clientes.

Muchos votantes que reciben dinero, o la simple promesa de pagarles su voto después de que lo depositen en la urna, se sienten moralmente obligados y comprometidos a dar su voto porque les dieron o recibirán un regalo. Este mecanismo influye mucho, sobre todo en los actores que tienen menos recursos económicos.

Esta práctica la ejercen principalmente, aquellos candidatos que no consiguen construir su marca, o su nombre, y sólo mediante billetazos logran que el votante recuerde su nombre y además, olviden alguna factura que tienen por cobrar. 

El billete es lo que convence a la gente en la compra de votos. Se cree que la miseria económica, permite a los votantes vender su voto al mejor postor.

Aunque la ley electoral no señala de manera directa que un ciudadano que venda su voto puede ir a la cárcel, dice que “sí se hace acreedor a una sanción”, y estos delitos electorales pueden ser cometidos por cualquier persona, incluyendo funcionarios partidistas, precandidatos, candidatos, organizadores de campañas, ministros de culto religioso, etcétera.

Este tipo de delitos estuvieron cometiendo varios partidos políticos en Huajuapan de León. Por ejemplo, los representantes de Redes Sociales Progresistas, le prometieron a mucha gente, pagarles 300 pesos por votar a su favor, y a otros, por acudir como representantes de casillas en diferentes agencias y colonias.

La cosa es que ya pasaron más de 10 días y no les han dado más que un cuerno bien retorcido. Los que contrataron a la gente, del partido RSP, para darle solución a este problema de no pago, resolvieron fácil: bloquearon sus teléfonos. Les voy a decir los nombres de los contratistas: Gaspar Méndez Pacheco, candidato a la presidencia de Huajuapan, e Ismael Guerrero Camacho candidato a la diputación federal por el distrito 03.

Dentro del montón de casos, hay uno donde Ismael Guerrero, quien también fue agente municipal de la agencia de Santa Teresa, en Huajuapan, convenció a un joven para que fuera como representante hasta Saucitlán de Morelos. El joven se trasladó con sus recursos propios, pero nunca le llevaron comida ni le pagaron el traslado. Como este lugar queda bastante retirado de la carretera, ya no pudo regresar a Huajuapan, se quedó a dormir en la calle y al otro día tuvo que caminar hasta encontrar quien lo acercara a la población próxima. Sobre todo esto, en su trabajo tuvo que pagarle a la persona que lo cubrió. 

Lo mismo le hicieron a toda la gente: a nadie le pagaron porque según, los mismos estafados comentaban en el grupo de WhatsApp, que el tal Ismael, (el candidato a diputado) se había volado los 15 mil pesos que era lo destinados para pagarle a toda esa gente.

Los del partido del trabajo (PT), no se quedaron atrás. A los representantes de casillas les prometieron 1 mil pesos, más comida y transporte. 

En Cosoltepec, por ejemplo, la gente de Margarita García García, le prometieron a Roberto Palma López y a otra persona de apellido Espinosa, que les darían la cantidad mencionada, pero fueron olvidados.

Los que estuvieron en las casillas como representantes de estos partidos, hoy se sienten arrepentidos por haber entregado las actas de casilla. Si hubieran sabido que nunca les iban a pagar, hubieran ocupado esos documentos como rehenes, dicen.

Espero que la diputada Margarita García García, del PT, lleve estos casos de abuso a la Cámara de Diputados, como lo ha hecho en otras ocasiones con las investigaciones que este comentarista ha realizado. Si no lo hace, por lo menos que le cumpla a la gente que le prometieron pagarle por representarlos en las casillas.

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