Hablemos de Política 

Pro Diego Martínez Sánchez 

La ambición embriaga más que la gloria.

-Marcel Proust

Las aspiraciones presidenciales del Senador Ricardo Monreal Ávila parecieran ser una advertencia o el preámbulo de una insurrección al interior de la Cuarta Transformación. 

Si algo ha demostrado el Presidente López Obrador, es que cuando toma una decisión “relevante”, no teme compartirla e incluso presumirla, tal como lo hace con su candidata, Claudia Sheinbaum. A quien impulsa rumbo a la Presidencia en el 2024.

Cargo que también buscará Ricardo Monreal, quien incluso ha declarado que estará en la boleta, con o sin Morena. 

Monreal es un hombre multifacético que ha ocupado puestos en todos los niveles, Regidor, dos veces Diputado Federal y otras dos Senador de la República; Gobernador de su natal Zacatecas y hasta Jefe de la Delegación Cuauhtémoc, en la Ciudad de México. 

Forjado en el PRI de los 80 y 90’s, Monreal ha demostrado que no teme dejar un partido para conseguir sus objetivos. Como lo hizo en 1998 al renunciar al Revolucionario Institucional por no dejarlo contender por la gubernatura de su estado, elección que les ganó bajo las siglas del PRD. Luego se unió al Partido del Trabajo, también pasó por Movimiento Ciudadano y hoy es miembro distinguido de Morena. 

Al inicio de la Cuarta Transformación, Monreal se convirtió en uno de los hombres fuertes del Presidente. Ocupando la Coordinación de su bancada y por ende la Presidencia de la JUCOPO en el Senado, cabildeó las reformas e iniciativas que proponía el Ejecutivo sin mayores contratiempos. Pero llegaron las elecciones intermedias y algo cambió. 

Aunque la ruptura fue evidente desde antes, en los comicios de este año escaló el conflicto. La derrota en la capital es muestra de ello. 

Golpe dirigido a la Jefa de Gobierno, pero cuyo costo lo asumió el residente de Palacio Nacional. Con todo lo que ello implica. 

La llegada de Olga Sánchez Cordero al Senado fue el movimiento del Presidente para arrinconar a Monreal, pero el poder que ha acumulado el representante zacatecano ha sido un obstáculo mayor de lo esperado. 

Con su hermano gobernando Zacatecas, un amplio séquito de legisladores tanto locales como federales, presidentes municipales y algunos gobernadores de su lado, tanto de Morena como de otros partidos; Monreal se ha convertido en una real amenaza para el Presidente y su proyecto de nación.

Muestra de ello es la resistencia del Congreso de la Unión a algunas iniciativas que presentó López Obrador. Sin embargo, de obstinarse en buscar la candidatura a la presidencia del país a través de la presión, podría truncar su carrera, y lo sabe bien. Por lo que quizás, al final simplemente acepte el resultado que arrojará la encuesta oficial.

Porque en Morena (aún) se hace lo que dice un “dedito” y no es el de él. 

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