La fragmentación del voto podría ocasionar un importante daño al Movimiento de Regeneración Nacional que el próximo cinco de junio buscará ganar la gubernatura de Oaxaca confiando el triunfo al respaldo ciudadano hacía López Obrador y su “proyecto de nación”. 

La vida pocas veces da segundas oportunidades, sin embargo, cuando se trata de política las oportunidades no se esperan, se crean. Y eso lo comprendió muy bien el Candidato del Movimiento de Regeneración Nacional a la gubernatura de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, cuya designación ha implicado una profunda fractura al interior de Morena, pero también ha abierto nuevas oportunidades y alianzas. 

A diferencia de la confrontación que mantuvo Andrés Manuel López Obrador con el sector empresarial durante la campaña presidencial, Jara Cruz ha tenido de aliados a un grupo de empresarios que no solo han expresado su respaldo, están cabildeando y gestionando mayores apoyos para el proyecto de la Cuarta Transformación. 

El más visible es Raúl Ruiz, expresidente de la Coparmex Oaxaca y prospero empresario del ramo hotelero y constructor cuya palabra tiene un importante peso en diversos sectores, tanto productivos como sociales. 

Se suma Beatriz Rodríguez Casasnovas, integrante de una de las familias empresariales más importantes del estado, no solo por el valor económico que representan, también por la cantidad de empleos que generan directa e indirectamente. Y si bien su pasado vinculado con el Partido Revolucionario Institucional, así como su cercanía con el exgobernador Ulises Ruiz Ortiz podrían ser un área a criticar, no podemos olvidar que en las elecciones que participó logró muy buenos resultados, a pesar de tener hasta a su propio expartido en contra. 

Y así como ellos, varios empresarios y emprendedores han optado por sumarse a la propuesta que encabeza Salomón Jara, coincidentemente muchos hijos de políticos, exfuncionarios y hasta exsecretarios de estado, como Jesús Rodríguez Socorro, extitular de la Secretaría de Economía con Alejandro Murat. 

Sin embargo, en la arena política la unidad no es el principal valor. 

Por un lado las impugnaciones interpuestas por sus correligionarios ante las irregularidades y violaciones de derechos electorales en los que habría incurrido el Comité Nacional para cuadrar su designación. 

Y por el otro, la “traición” de Diputados locales y federales, así como de sus supuestos compañeros de coalición, quienes han comenzado a trabajar en diferentes frentes para evitar que su hoy Candidato se convierta en gobernador. 

Pero a diferencia de lo que ocurrió en la pasada elección donde perdió ante el hoy mandatario, Alejandro Murat, tras la ruptura de la coalición Juntos Haremos Historia, en lo que ha sido señalado como un pacto de transición tanto con Gabino Cué como con López Obrador; en esta ocasión Jara Cruz logró someter hasta al propio presidente al desplazar a su candidata, la senadora Susana Harp. Además de aprovechar con total libertad el uso de la marca presidencial y el sello institucional de Morena.

No obstante, la fragmentación del voto podría ocasionar un importante daño al Movimiento de Regeneración Nacional que el próximo cinco de junio buscará ganar la gubernatura de Oaxaca confiando el triunfo al respaldo ciudadano hacía López Obrador y su “proyecto de nación”. 

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