Imagen: Twitter @VelascoM_

Hablemos de Política, por Diego Martínez Sánchez

“El que a muchos amos sirve, con alguno queda mal”

De contar con el respaldo ciudadano que aseguran las encuestas y tener plena confianza de verse favorecido el próximo cinco de junio, es difícil imaginar qué llevaría al candidato de la alianza Juntos Hacemos Historia al gobierno de Oaxaca, Salomón Jara Cruz a aceptar el apoyo de grupos políticos vinculados a exgobernadores priistas que en algunos casos no solo restan a su campaña, también afectan su de por sí cuestionable imagen. 

Por un lado tenemos al exgobernador Heladio Ramírez López quien desde hace varios años decidió apoyar la Cuarta Transformación, lo que le permitió obtener cargos dentro del gobierno federal para familiares y amigos. Siendo su hijo, Luis Antonio Ramírez Pineda el referente más visible tras ocupar la Dirección General del ISSSTE y actualmente fungir como Director General de Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext). Influencia que busca ampliar al gobierno estatal al apoyar la candidatura de Salomón Jara. 

Idea similar a la que mueve a Diodoro Carrasco Altamirano, quien tras dejar el cargo de Gobernador ocupó la Secretaría de Gobernación a nivel federal, convirtiéndose en uno de los políticos más influyentes del país para después dejar el PRI y unirse a las filas de Acción Nacional. 

Y aunque en el pasado proceso electoral su sobrino contendió bajo la alianza PRI-PAN-PRD por el Distrito 02 con cabecera en Teotitlán de Flores Magón, el joven político y aparente heredero del diodorismo ahora es Coordinador Distrital en la promoción del voto a favor del candidato de Morena, Salomón Jara Cruz. Al igual que varios excolaboradores, familiares y operadores de José Murat Casab, Ulises Ruiz Ortiz, Gabino Cué e incluso de Alejandro Murat. 

El rumor sobre un acuerdo entre Ulises Ruiz y Jara Cruz no es nuevo; este habría estado motivado por una animadversión en común en contra de Murat Casab, quien para sorpresa de pocos también logró colar a sus propios peones en la plataforma electoral del “candidato oficial”, como Raúl Bolaños Cacho Cué y Samuel Gurrión, ambos “fieles” muratistas. Así como Flavio Sosa y su grupo de diputados que hasta hace unos días se oponían a la candidatura de Salomón. 

Con los representantes de Gabino Cué la relación es un poco más natural al haber sido su Secretario de Estado, cargo al que debió renunciar tras diversas denuncias por corrupción. Las cuales de acuerdo a la propia Contralora, no prosperaron porque el entonces gobernador lo protegió.

Acuerdo que continuaría con el (aún) priista Alejandro Murat Hinojosa, quien pareciera querer saldar una deuda pendiente tanto con el Presidente como con Salomón, a quien “derrotó” en su primer contienda por la gubernatura. Derrota que habría sido orquestada por varios de los que hoy se dicen sus aliados.

Ahora, como si no fuera suficiente cargar con el Partido Verde, el del Trabajo, Unidad Popular y algunos miembros de Morena, Salomón Jara deberá arrastrar toda la carga moral y política que implica aceptar el apoyo de estos grupos, que más allá de sumar restan la poca credibilidad que tenía. Quizás por ello la urgente visita de la Jefa de Gobierno y candidata preferida del presidente para sucederlo, Claudia Sheinbaum, quien viajó a Oaxaca para mostrar su apoyo al proyecto de Salomón y reconocerlo como digno representante de la Cuarta Transformación.

 Esto tan solo un par de días después de la visita de los Senadores Ricardo Monreal y Manuel Velasco. Dos representantes de la era más corrupta en la historia política mexicana, pero por habilidad o destino, han sobrevivido y se han convertido en “pilares” del movimiento de López Obrador, y ahora buscan ampliar o fortalecer, sus redes de complicidades en territorios oaxaqueños, al igual que los viejos nuevos amigos del aspirante a gobernador. Quien deberá recordar aquel dicho popular: “El que a muchos amos sirve, con alguno queda mal”.

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