- El cambio climático, la pandemia, la guerra y la tecnología influyen en las prospectivas migratorias.
- Amenazas y riesgos permanentes y coyunturales afectan la esfera de la seguridad nacional mexicana.
Mtro. en Seguridad Nacional Alejandro Márquez González, Centro de Estudios Superiores Navales.
Nuevos actores y factores en el escenario migratorio mundial han modificado la prospectiva y cifras de la movilidad humana.
De acuerdo al informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el número estimado de migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cinco décadas; sin embargo, la distribución migratoria es distinta ahora, donde Europa y Asia acogen en 2022 a alrededor de 87 millones y 86 millones de migrantes internacionales, respectivamente, sumando el 61% de la población mundial total de migrantes internacionales, y América del Norte, con casi 59 millones de migrantes internacionales, equivalentes al 21% de la población mundial de migrantes (Organización Internacional para las Migraciones, 2022).
Lo anterior originado por factores coyunturales como la guerra en Ucrania que ha generado una migración masiva en Europa, la pandemia con restricciones severas de acceso a diversos países y las fluctuaciones de la economía mundial que trae consigo recesiones y pobreza en distintos países.
Para la OIM, “la migración internacional no es uniforme en todo el mundo, sino que responde a factores económicos, geográficos, demográficos y de otra índole que conforman claros patrones de migración, como los “corredores” migratorios establecidos a lo largo de los años” (Organización Internacional para las Migraciones, 2022).
Estos corredores migratorios están cambiando, México ocupa ahora el segundo lugar como país de origen migratorio en Asia, por ejemplo. La tecnología también influye en el proceso migratorio. La OIM concluye que las personas son capaces de recopilar información y consejos en tiempo real durante viajes migratorios. “El uso de aplicaciones móviles para compartir información y conectar a grupos geográficamente dispersos ha suscitado preguntas legítimas sobre hasta qué punto la tecnología digital ha sido utilizada para apoyar la migración irregular” (Organización Internacional para las Migraciones, 2022).
El cambio climático y la huella de carbono humana ha intensificado un crecimiento económico insostenible, que conlleva al agotamiento de recursos y el colapso de ecosistemas. Esto también intensifica la movilidad humana de lugares hostiles por sequías, temperaturas extremas y la carencia de alimentos.
Otro aspecto, es el claro aumento de la hegemonía de Estados Unidos de América que amenaza la continuidad de acuerdos internacionales y mecanismos multilaterales en materia migratoria.
Gobernanza para la migración
Al respecto, la migración es un asunto de seguridad nacional y, a pesar de ello, no existe ningún documento multilateral consensuado, que establezca criterios y elementos para una adecuada gobernanza de la movilidad humana.
No obstante, la OIM propone la adopción del Marco de Gobernanza sobre la Migración (MIGOF) que tiene por objeto presentar un conjunto de tres principios y tres objetivos que, si se respetan y cumplen, garantizarán una migración ordenada y en condiciones humanas, que beneficie a los migrantes y a la sociedad.
Estos principios son:
- La buena gobernanza de la migración necesitaría que el Estado se adhiera a las normas internacionales y al respeto de los derechos de los migrantes.
- La migración y las políticas conexas se formulan adecuadamente cuando recurren a hechos contrastados y aplican enfoques de gobierno integrados.
- La buena gobernanza de la migración depende de asociaciones duraderas.
Derivado de lo anterior, este organismo de la ONU sugiere los objetivos de:
- La buena gobernanza de la migración y las políticas conexas deberían fomentar el bienestar socioeconómico de los migrantes y de la sociedad.
- La gobernanza adecuada de la migración se debería fundamentar en respuestas eficaces a la movilidad en situaciones de crisis.
- La migración se debería efectuar de manera segura, ordenada y digna (Organización Internacional para las Migraciones, 2016).
El citado marco de Gobernanza tiene como propósito ayudar a los Estados a definir los elementos esenciales que constituyen la base necesaria para una “política de migración bien gestionada” a nivel nacional.
En tanto, los Indicadores de Gobernanza de la Migración (IGM) han sido desarrollados para operacionalizar el MIGOF a través de noventa indicadores agrupados en seis dimensiones claves de políticas públicas ( Centro de Análisis de Datos Mundiales sobre la Migración (GMDAC) , 2022).
“Los IGM son una herramienta basada en el análisis de las estructuras de la gobernanza de la migración que presenta una serie de pautas sobre los instrumentos que el Estado podría usar para desarrollar su gobernanza migratoria” señala el Portal de Datos sobre Migración. Asimismo, aclara que los IGM “evalúan únicamente el marco institucional, jurídico y de políticas públicas en materia de migración, sin entrar a evaluar su implementación en la práctica. Los IGM funcionan como un marco de referencia que permite identificar medidas que los países podrían adoptar para fortalecer sus estructuras de gobernanza migratoria”.
Lo anterior, puede coadyuvar en el cumplimiento de cada país sobre una política migratoria bien gestionada en el contexto de la meta 10.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Desafortunadamente, México no ha participado en el proyecto de los IGM por lo que no hay evaluación sobre su política migratoria a través de este mecanismo.
Sin embargo, la OIM reconoce que México ha ratificado los nueve principales instrumentos internacionales en materia de derechos humanos y ha sido importante promotor de los derechos de las personas migrantes en diferentes espacios internacionales. La propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que en el país todas las personas gozan de los derechos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que México es parte (Organización Internacional sobre las Migraciones, 2021).
De igual forma, la nación cuenta con una adecuada legislación sobre migración, entre los instrumentos más importantes se encuentran la Ley de Migración, Ley General de Población, Ley sobre Refugio, Protección Complementaria y Asilo Político, Ley de Nacionalidad, ey General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, Ley General de Salud y, Ley Federal del Trabajo, entre otras.
Institucionalmente, la Secretaría de Gobernación es la entidad encargada de formular y dirigir la política migratoria del país y, por medio del Instituto Nacional de Migración (INM) instrumentaliza las políticas en la materia y ejecuta, controla y supervisa los actos realizados por las autoridades migratorias. Mientras que la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP), es responsable de la coordinación, elaboración, seguimiento y evaluación de los programas en materia de migración.
Si bien hay instrumentos adecuados de gobernanza basados en legislación e instituciones al interior del país, aún falta completar el esquema de participación internacional en las políticas públicas sobre migración y estandarizar la información derivada de la recopilación de datos sobre el tema.
El análisis de datos para mejorar la comprensión del fenómeno migratorio
Los datos sobre los flujos migratorios son esenciales para entender los patrones de migración mundiales y el modo en que diferentes factores y políticas de los países de origen y de destino pueden estar relacionados con esas corrientes migratorias. Sin embargo, solo 45 países comunican datos sobre los flujos migratorios a las Naciones Unidas (Centro de Análisis de datos sobre Migración, 2020)
Los países que informan sobre los flujos utilizan con frecuencia conceptos, definiciones y metodologías de recopilación de datos diferentes, lo que dificulta la comparación de los flujos entre los países. Asimismo, existen diversas fuentes de concentración de datos, como son:
- Base de datos sobre Investigación de la Migración Internacional en Latinoamérica (IMILA).
- Base de datos de Migración Interna en América Latina y el Caribe (MIALC 2.0).
- Base de datos de Distribución Espacial de la Población y Urbanización en América Latina y el Caribe (DEPUALC).
- División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSTAT).
- Anuario Demográfico (Demographic Yearbook).
- Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat).
- Datos de la OCDE sobre las entradas migratorias permanentes.
- Base de datos DEMIG C2C (de país a país) de la Universidad de Oxford.
Entre otras bases y estadísticas que dificultan un estándar en investigaciones sobre migración y en ocasiones, son contradictorias o confusas.
Relación México-Estados Unidos de América sobre migración
Los antagonismos a la seguridad nacional de los flujos no controlados en la relación bilateral México-EUA provienen en primer lugar de la posición geográfica de México y su proximidad con los Estados Unidos.
Agregamos a la corrupción como una constante tanto de las autoridades estadounidenses y las mexicanas -por ejemplo, el reciente caso de la muerte de 53 migrantes en San Antonio, Texas, quienes no fueron detectados por las autoridades de ese país-.
Tras la migración hay una compleja red económica ilegal derivada de los delitos transfronterizos y delitos regionales que originan violencia, extorsión, narcotráfico y trata de personas y por otro lado hay insuficiencia de recursos económicos, tecnológicos, humanos y materiales para la regulación y seguridad de las fronteras del Estado Mexicano.
Agravándose lo anterior a la existencia de grupos de presión internacional con fines políticos que alientan a las caravanas de migrantes y que amenazan la paz social y seguridad interior.
Por lo tanto, aún hay baja coordinación interinstitucional interna y bilateral por la falta de acuerdos y cooperación internacional; además de que no se encuentra consensuado internacionalmente un sistema de indicadores de flujos migratorios no controlados.
En la administración del presidente Donald Trump (2017-2021), los Estados Unidos de América, a través de sus normativas de restricción y estrategias aplicadas para contener el flujo no controlado por parte de México como país de tránsito, amenazó con aplicar aranceles a los productos que exporta México a ese país, que de haberse implementado, hubiesen afectado severamente la economía; ahora bien, la política actual del gobierno encabezado por el presidente Joe Biden (2021-2025), es más permisiva con la migración y ha ejercido menos presión a México, pero sus decisiones en este rubro han sido erráticas, por lo que la opinión pública estadounidense se ha vuelto antiinmigrante mayoritariamente (más del 50%), al no implementarse políticas migratorias inteligentes, y azuzada por los medios de comunicación conservadores y el Partido Republicano, generando escenarios en donde no se descarta, en el corto plazo, un nuevo endurecimiento de las políticas gubernamentales estadounidenses en contra de la Migración no controlada.
Como agravante, los Estados Unidos de América exige a su contraparte Mexicana a actuar para frenar la migración controlada, comprometiéndose a inyectar recursos financieros en diversos proyectos y programas propuestos por México para paliar la pobreza en los países que expulsan a su población por falta de oportunidades de desarrollo y combatir las causas de la violencia e inseguridad endémicas; sin embargo, hasta el presente no se ha materializado esta ayuda financiera; aunque el Estado Mexicano ha iniciado sus programas en El Salvador, Honduras y Guatemala, pero carece de recursos financieros suficientes para resolver este reto tanto en el corto como en el mediano plazo.
La politización del título 42
Aunque se esperaba el 23 de mayo de 2022 la conclusión del título 42, que es una política que endurece las medidas de los controles migratorios por la pandemia del Covid-19, esto no sucedió. Los puertos de entrada siguen cerrados a las personas solicitantes de asilo y ha impedido que se presenten otras decenas de miles de solicitantes de ingreso a EUA.
De permanecer la aplicación del título 42, el número de migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México no disminuirá. Los migrantes seguirán viéndose obligados a cruzar indebidamente o esperar muchos meses más o tal vez a evaluar su permanencia en México. Por lo que nuestro país presenta actualmente las cuatro dimensiones de la migración: de origen, de destino, de tránsito y de retorno.
Es claro la politización del título 42 en vísperas de las elecciones intermedias de EUA programadas para el 8 de noviembre del presente año, donde los candidatos republicanos, y el propio Trump, siguen criminalizado la migración. Este partido se opone a cualquier legalización de los 12 millones de ilegales desconociendo el acuerdo bipartidista del 2013, y, también, de otras propuestas humanitarias como el Dream Act – DACA.
Sumándose a lo anterior, las relaciones diplomáticas de México y EUA se han enturbiado paulatinamente por distintos desacuerdos, incluyendo el tema migratorio, donde el presidente Biden calificó de “inaceptable” la inmigración ilegal en la última Cumbre de las Américas.
Migración en México y seguridad nacional
Por otra parte, en México continúa incrementándose la tensión entre migrantes africanos y centroamericanos, principalmente. Además de sumarse nuevos fenómenos migratorios como el caso de haitianos y europeos exiliados de la Guerra donde el comercio y movilidad se ven impactados por bloqueos y manifestaciones de migrantes.
La migración a través de territorio mexicano había ido en aumento desde los años 90; sin embargo, en el 2020 disminuyó drásticamente a consecuencia del cierre de fronteras debido a la situación sanitaria y económica derivadas por la pandemia del Covid 19, pero, ante la disminución de las medidas y afectaciones por el Covid 19, se verifica un aumento en este 2022 de los flujos migratorios no controlados.
En suelo mexicano el mayor porcentaje de detenciones de migrantes corresponde a los de nacionalidad hondureña seguidos por guatemaltecos, además de que fueron interceptados 89% más migrantes en el primer trimestre de 2022, de acuerdo con las “Estadísticas migratorias. Síntesis 2022” (Unidad de Política Migratoria, 2022). Mientras que la mayor parte de migrantes de origen mexicano se agrupa en los Estados Unidos.
Viven en México aproximadamente más de un millón de inmigrantes, mismos que figuran el 0.84% de la población que habita en el país. Lo anterior infiere que México también es un país de destino para los extranjeros. La mayoría de ellos, son de origen estadounidense y guatemaltecos.
El sexo femenino ya alcanzó la mitad del porcentaje de emigrantes mexicanos, lo cual tiene impactos sociales y culturales para la sociedad mexicana donde impera la familia nuclear.
La guerra y el endurecimiento de políticas en Europa y Asia, tienen como repercusión la gestación de movimientos sociales de confrontación entre migrantes centroamericanos, haitianos contra sudafricanos desplazados.
Si bien las remesas son un factor importante en la macroeconomía mexicana, no serán suficientes ante un crecimiento demográfico del 1.1% anual.
Ante esta situación, el país cuenta hasta el momento con estrategias como el programa sectorial de Relaciones Exteriores, el plan de desarrollo de Centroamérica, la creación de la Ley de Migración, la activación de la Unidad de Política Migratoria y el Plan Estratégico del Instituto Nacional de Migración que contiene la formación de servidores públicos, la capacidad operativa, el Protocolo de Operación de Revisiones Migratorias y por último la coordinación interinstitucional, todo bajo el marco del Plan de Desarrollo Nacional 2019-2024.
Aunado a ello, el paso de la migración no controlada genera una huella de carbón, por el uso de recursos naturales, incremento de tráfico terrestre y riesgos fitosanitarios acompañado del crecimiento demográfico nacional.
Los hechos antes citados vulneran sin lugar a dudas la Seguridad Nacional de México, pueden afectar su estabilidad interna y externa, por tratarse de un país de tránsito y de residencia ilegal migratoria. Este fenómeno social repercute negativamente en la economía nacional, y dificulta las acciones del Estado Mexicano en lograr la Justicia y Paz anheladas, con la agravante que deteriora la relación bilateral entre México y Estados Unidos de América, siendo una herramienta de chantaje político para los opositores nacionales y extranjeros del actual Gobierno de México.
Conclusiones
Aludiendo al resultado de la reunión de líderes de América del Norte en 2021, se convino que los asuntos de los desplazamientos migratorios, de desarrollo, de integración, restablecimiento económico, del cambio climático, la pandemia por COVID-19 y de seguridad, es parte importante para la seguridad nacional de citados países.
Internacionalmente la seguridad nacional se encuentra comprometida por Estados Unidos de América mediante su política migratoria que provoca tensiones las cuales afectan las relaciones geopolíticas y de cooperación, aunado a ello, la creciente oleada migratoria de países centroamericanos que podrían colapsar las fronteras de México.
Al interior del país, las rutas de la migración son paralelas al narcotráfico, la trata de personas, terrorismo y delincuencia trasnacional donde el tema de seguridad ha escalado a seguridad nacional.
Otro desafío es que México, a pesar de apoyar económicamente el desarrollo del Programa “Sembrando Vida” en los países de Guatemala, Honduras y el Salvador, no posee las herramientas de presión diplomáticas, políticas y económicas, que sean eficaces para exigir a los Gobiernos de los países antes mencionados, para que adopten políticas públicas en contra de la corrupción e ineficacia gubernamentales, que contribuyan a erradicar las condiciones de pobreza e inseguridad púbica en que vive su población, observándose incapaces o simplemente rebasados para poder iniciar acciones para solucionar estos graves problemas nacionales.
Ante estos retos, México requiere de mayor cooperación en los foros internacionales sobre migración y coadyuvar a que se realicen en su totalidad los acuerdos y mecanismos en la materia.
La diplomacia y la defensa de la política migratoria de México puede mejorar la relación bilateral para cambiar la perspectiva con que se mira al migrante, de la criminalización hacia una fuerza económica potencialmente participativa en los proyectos financieros de ambos países.
Las rutas de los flujos migratorios pueden variar de acuerdo a lo expuesto en el presente estudio, no obstante, bajo el establecimiento de una política mexicana de migración segura, ordenada y digna, podría ejemplificar un modelo latinoamericano de gestión migratoria.
La corrupción de autoridades en las fronteras se combate eficientemente con capacitación y sensibilización de los funcionarios involucrados. Donde también debe mejorarse la coordinación interinstitucional y el establecimiento estandarizado de plataformas internacionales y regionales de análisis de datos sobre migración.
Integrar las mejores prácticas en las esferas tecnológica, ambiental y salud de la migración, optimizarán su gestión. Sin olvidar que la difusión nacional e internacional de las acciones de mejora y el cumplimiento de compromisos, acuerdos, mecanismos y objetivos de desarrollo transparentarán los logros y áreas de oportunidad que puedan prevenir o confrontar las alertas a la seguridad nacional por crisis migratoria.
Artículo publicado en la Revista POLIGRAFO, Política Gráfica Objetiva de Julio. Descarga gratis.