22 diciembre, 2024 6:01 PM
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Por Juan Carlos Hernández Ascencio

Hoy día estamos en una dinámica cambiante, desafiante ante un panorama que exige la condición humana cada vez más hacia la perfección en la inteligencia de encontrar las oportunidades para superar lo que se nos presente como objetivo o quizá como meta, en el día a día y eso pasó en el presente año que está a punto de finalizar. Vientos buenos y malos, pero al final se llevó lo mas preciado para unos y lo menos para otros. Usted valore.

El ser humano pretende ser perfecto como y tanto y cuanto desea serlo, qué gran reto, pues no es fácil desprenderse de malas costumbres, vicios y a veces de actitudes erróneas que en la vida cotidiana presumimos sin consideración hacia los demás, somo proclives a negar nuestras propias virtudes, pero sí mostrar los defectos. En ello nos empecinamos sin razón, sin tener conciencia plena de cada acto, pues simplemente si la tuviésemos no habría falla en nuestro proceder, pero como reza el dicho errare humanum est, cuya verdad estriba en el exceso de confianza que propiamente nos tenemos.

El presente año 2024, pasó como todos, de forma fugaz como un rayo intempestivo en la inmensa lluvia de temas, de casos, de preocupaciones, de altibajos, claros y obscuros episodios, pero al final si usted y yo como todos, estamos de pie, es justo porque no declinamos, no desistimos en la lucha diaria por conseguir lo que se pretendió, es loable y con toda humildad de reconocer que no somos solos sino impulsados, asistidos de la mano de Dios, sine qua non no sería posible resistir. De por si que la vida misma es un problema, imaginela sin un Dios a quien recurrir.

Es así, que la vida sigue, sin pena, o sin gloria, o con ambos, vea usted su condición, pero de que somos propicios a tener lo que buscamos y deseamos es muy claro que sí; las formas y los modos son en lo que nos aplicamos hoy dia para conseguir el cometido de interés personal, y, con toda seguridad se logró en el presente año 2024, que también nos ha dejado sabores dulces y amargos, como siempre, y que lo importante es haber enfrentado cada día, semana y mes con valentía y arrojo para conseguir lo bueno que también da la vida.

Sea como sea, aquí estamos y ello ya es gracia de Dios, que nos ha permitido finalizar un año más, bien y de buenas, ojalá que el viento se lleve lo malo, los días aciagos que han sido preocupación, y deseo, con toda intención para usted y los suyos que vengan días plenos de bonanza, felicidad y logros personales como profesionales, ya pasó casi el 2024 y que el viento se lleve todo, menos lo bueno; que sea el 2025 el mejor de sus años hasta ahora vividos, y por lo pronto usted encárguese de ser feliz, que la vida es una hermosura. ¡Hágale pues!

*El autor es Master en Gestión Social y Políticas Públicas.

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