
Ciudad de México.- Este sábado, México registró 60,254 muertes por COVID-19, llegando al escenario “catastrófico” que advirtió el Subsecretario de Salud y responsable de la respuesta a la pandemia, Hugo López-Gatell, hace unos meses.
En su conferencia de prensa del 4 de junio, López-Gatell estimó un panorama de posibles defunciones que iba de un mínimo de 8.000 a un máximo de 60.000. “El mínimo era 6.000, otro escenario era 8.000, otro era 12.500 (…) y teníamos así hasta 28.000, que se redondea a los 30.000, incluso un escenario muy catastrófico que pudiera llegar a 60.000″, declaró
Además, se registraron 6.482 nuevos casos, lo que eleva el total de contagios a 556.216. De estos, 42.859, un 7%, permanecen activos. Un 47% de las personas que se sometieron a un test dieron positivo. Otros 83.146 casos se reportan como sospechosos.
En cuanto a la disponibilidad de camas con ventilador, un 33% están ocupadas. Colima es el Estado con un mayor nivel de ocupación, un 62%.
Con estas cifras, el país ocupa el séptimo lugar mundial en número de contagios y, el tercero por número de defunciones a causa de la enfermedad, solo por detrás de Estados Unidos y Brasil.
No obstante, el Gobierno ha insistido en que hay una tendencia a la baja en el número de casos, una tesis con la que no coincide la Organización Mundial de la Salud, quien ha señalado en reiteradas ocasiones la falta de precisión por la escasa aplicación de pruebas.
El organismo de salud mundial advirtió que la magnitud de la epidemia de COVID-19 en México está subestimada y una de las principales razones es el bajo número de pruebas de diagnóstico que se realizan.
“Lo más probable es que la epidemia en México está subestimada, los test son limitados con 3 por cada 100.000 personas por día, que se puede comparar con más de 150 por cada 100.000 personas en Estados Unidos“, dijo a la prensa el director del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan.
El especialista, quien recibe de forma permanente información actualizada de todos los países, reveló que ciertos días el porcentaje de pruebas que dan positivo en México llega al 50 %, “lo que significa que mucha gente no está bien diagnostica o se le diagnostica tarde”.
Ryan reveló también que los datos que maneja muestran una clara diferencia de mortalidad entre los residentes de los barrios acomodados y los pobres del país.
En estos últimos, la gente tiene hasta cinco veces más probabilidades de morir de COVID-19 y la situación de los indígenas es similar, apuntó.
Ryan, quien es la mano derecha del director general de la OMS en la lucha mundial contra el coronavirus, dijo que México debe hacer esfuerzos para aumentar el acceso a los test, ya que a la escala en que se realizan actualmente no se puede hacer una valoración realista de la situación.
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