Ciudad de México.- En medio de una exigencia nacional para detener el acoso sexual y que ha tenido una significativa repercusión en el ambiente universitario, el portal Animal Político evidenció a una de las instituciones educativas más importantes del país, por incluir una cláusula de confidencialidad ante estos casos, estableciendo sanciones a las denunciantes en caso de incumplirlas.

De acuerdo al documento elaborado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, si una alumna o trabajadora presenta una queja por acoso o abuso sexual contra alguien dentro del ITAM, debe firmar una carta donde se compromete a la confidencialidad, pero si incumple podrá ser expulsada o despedida.

Esto implica que cuando se hace una denuncia formal, la información debe mantenerse en secreto mientras se realiza la indagatoria, de acuerdo con el “Marco de Protocolo en contra del Acoso Sexual” dentro del ITAM.

“En este entendido, por medio de la presente, me comprometo a guardar estricta confidencialidad de toda la información a la que tenga acceso o de la cual tenga conocimiento, de manera verbal o escrita.

Estoy consciente que, de incumplir las obligaciones aquí suscritas, incurriré en una falta de probidad y me haré acreedor o acreedora a una baja definitiva del ITAM, o bien a una rescisión de mi contrato o convenio de prestación de servicios profesionales”, se lee en el escrito.

Además, quien firme deberá comprometerse “a no divulgar, dar a conocer, compartir, revelar, transmitir, reproducir o copiar total o parcialmente esta información, por medio alguno, ya sea para mí o para terceros”.

Tampoco podrá utilizar, dar destino, guardar, conservar o modificar la información a beneficio propio ni usarla, aún sin revelarla, en beneficio de terceros.

“Esta obligación de confidencialidad durará hasta que concluya el proceso, por lo que guardaré reserva de la misma durante un periodo indefinido”, indica la carta escrita en primera persona.

Incumplir con estas disposiciones podrá derivar en responsabilidades y reparaciones según las disposiciones legales aplicables.

“De esta manera, me comprometo a sacar en paz al ITAM, así como a sus directivos, funcionarios, empleados y colaboradores, de cualquier procedimiento, instancia, denuncia, queja, querella, indemnización o sanción (cualquiera que sea el nombre o denominación legal que le corresponda) que llegare a instaurarse o imponerse en caso de incumplimiento a las obligaciones de confidencialidad, sigilo y no divulgación aquí asumidas”.

Al final, establece que dichas obligaciones no serán aplicables cuando la información se haga pública sin que sea responsabilidad de quien suscribe, sea requerida mediante una orden judicial o de una autoridad competente. En estos últimos casos se le deberá avisar al ITAM, antes de divulgarla.

El ITAM, al igual que otras universidades públicas y privadas, ha sido exhibido por no atender las denuncias de acoso por parte de la comunidad estudiantil, lo que generó la instalación de “tendederos” para denunciar públicamente a los acosadores y agresores.

En el caso de esa institución académica, se hizo en la llamada Plaza Roja y fue retirado de manera inmediata, por lo que las alumnas acusaron al ITAM de pretender silenciarlas.

Por su parte, el Instituto justificó su reacción argumentando que las denuncias anónimas vulneran los derechos de los implicados, por lo que las llamó a denunciar de manera formal.

Para ello, creó una Subdivisión de Género, Diversidad e Inclusión y actualizó su Protocolo Contra el Acoso Sexual, donde está estipulada la firma del acuerdo de confidencialidad.

“El nombre de la persona contra quien se realiza la queja no se revelará por parte del Instituto ni por ninguno de los miembros del comité institucional contra el acoso sexual o del comité investigador, incluyendo el caso de un dictamen desfavorable a esta persona y que resulte en la aplicación de consecuencias y sanciones”, destaca el Protocolo.

Sin embargo, de acuerdo al “Reporte sobre Género, Diversidad, Inclusión y Acoso Sexual. Primavera 2020”, presentado por el ITAM, de 38 agresores denunciados entre enero y mayo pasado, sólo uno fue dado de baja como sanción; a los demás solo se les llamó la atención para no repetir las conductas denunciadas, y en cuatro casos se instruyó a los agresores a pedir una “sincera y genuina disculpa” a las víctimas.

En otros cuatro casos se les amonestó, en tres más se les pidió buscar ayuda psicológica y en otros tres se recomendó no recontratar al profesor denunciado.

Del total, 25 quejas fueron contra estudiantes, 12 contra profesores y una más por una persona ajena al ITAM. Faltan 11 quejas por procesar.

Elimina cláusulas

Tras la publicación del reportaje, el ITAM emitió un comunicado indicando que eliminará los párrafos séptimo, octavo y noveno del documento “Compromiso de Confidencialidad”, que establecen las sanciones a alumnas y profesoras que denuncien acoso o abuso sexual.

También aseguró que hasta la fecha nadie ha sido expulsada o despedida por violar dicho “Compromiso de Confidencialidad”.

Con información de Animal Político y Proceso.

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