EXPRESIONES.

Pablo Ramírez Puga.

Decía el gran filósofo griego, Aristóteles: “La esperanza es el sueño de un hombre despierto”. Una enseñanza muy acorde con las circunstancias sociales, políticas y económicas que hoy vivimos por una pandemia que no acabamos de enfrentar y por una forma de gobernar de populismo y manipulación. Consecuencias de una idiosincrasia que nos retrocede en lugar de que avancemos a mejores estadios de vida.

Siempre he insistido en que México es un país favorecido por la naturaleza, con recursos, con proyección para ser una potencia mundial en todos los aspectos, empero, desde la conquista hemos sido mangoneados por intereses de una clase dominante que basa su poderío y permanencia en la acumulación del dinero y en el establecimiento de un esquema de poder por el poder mismo, no para ser gobernados con sapiencia y equilibrio.

Así hemos pasado por diferentes etapas, que han sustentado un desarrollo desequilibrado que ha creado diferencias no sólo económicas, sino culturales y educativas que actualmente son motor e impedimento para un desarrollo sustentable.

Pasar del neoliberalismo al populismo absolutista, que hoy nos confunde, nos está costando mucho trabajo equilibrar la esperanza económica, política y social, que ahora nos hace buscar una especie de vuelta al pasado, cuando éste presente no ha sabido construir ese futuro que logró un cambio en la élite del poder político.

Andrés Manuel López Obrador, no es y no ha sido el mesías ni la esperanza de México, al estar cotidianamente evidenciando sus amarguras políticas a través de actos y poses que confrontan en lugar de unir. Así lo denota su resentimiento, por ejemplo, en contra del periodismo nacional, del cual se mofa en lugar de analizar las advertencias que le divulga día con día de una manera crasa, abriendo frentes y desesperanzas en lugar de acuerdos y soluciones para un país desilusionado y quizá listo para volver al pasado, en una hipérbole, que más que retroceso, podría significar ese justo medio esperanzador que combata a la corrupción unilateral y disfrazada.

La esperanza de México debe estar fundamentada en todos los mexicanos, no sólo en los más pobres, ni menos en una clase política que mira la paja en el ojo ajeno y no en el suyo.

Dijera el gran pensador y escritor portugués, José Saramago: “Hablo de un cambio que lleve a las personas a pensar que esto no basta para vivir como seres humanos. No puede ser. Si nos convertimos en personas que sólo miran por sus propios intereses, nos convertiremos en fieras contra fieras. Y, de hecho, eso es lo que está pasando”.

Son tiempos de recapacitar, de asumir, de acordar, de reconocer, también de amar, pero en un sentido universal, porque si bien, la conseja dice que la esperanza muere al último, quizá en estos momentos, ya la estamos matando.

Sinceramente espero que el 2021 inicie como el Año de la Esperanza, antes de que sea demasiado tarde… ¡Que tengan un feliz Año Nuevo!… ¡Salud!

EXTRACTOS POLÍTICOS: 

.- POR ESTA OCASIÓN dejo descansar a esa clase política que en el año nuevo por venir, deseo sepa ya distinguir que el periodista está para advertir, para señalar, para ilustrar, todo fundado en justicia y en razón, no para regalar conciencia y servilismo…¡UN MEJOR 2021 PARA TODOS!

.- Vox clamantis.

confusiopuga@hotmail.com 

About The Author

Deja un comentario