Por Diego Martínez / @diegomtzsanchez

Oaxaca, en el sureste mexicano, ha sido una de las entidades de mayor importancia en aspectos sociales, económicos y políticos de la Cuarta Transformación, siendo pieza clave en el proyecto de desarrollo nacional propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Todo eso ha convertido a uno de los estados con mayores rezagos del país, en la joya de la corona en el proceso electoral en curso. Prueba de ello, es la formación de camarillas sin congruencia ideológica y la fractura de alianzas históricas que pone fin a la coalición Juntos Haremos Historia. 

Minutos antes de concluir el periodo de inscripciones para las coaliciones que participarán en las elecciones de junio, el Partido Revolucionario Institucional logró concretar su alianza con Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, pese a que gran parte de la militancia y dirigencias regionales del Sol Azteca se opusieron rotundamente a ello. Incluso denunciaron la intervención del exgobernador de Oaxaca, José Murat Casab, para concretarla. 

De acuerdo a varios inconformes, fue Murat Casab quien convenció a Raymundo Laredo y José Julio Aquino, los eternos dirigentes del PRD, para que aceptaran la propuesta del PRI, pese al nulo capital político que podrían aportar en esta contienda. No obstante, miembros del Comité Político estatal advirtieron que impugnarán el convenio o en dado caso, dejarán el partido. 

Tras presentar el convenio de coalición ante el Instituto Estatal Electoral, se filtró una lista con la distribución de los Distritos, que hasta el momento no ha sido desmentida por ningún partido, por lo que la repartición podría quedar de la siguiente forma: el PAN pelearía por Santa Lucía del Camino, Oaxaca Norte, Huajuapan de León, San Pedro Pochutla, Salina Cruz, Zimatlán de Álvarez y Ejutla. Mientras que el PRD buscaría recuperar Oaxaca sur, Nochixtlán, Santa Cruz Xoxocotlán, Putla Villa de Guerrero, Tlaxiaco, Loma Bonita y Pinotepa Nacional.

El PRI contendería por San Juan Bautista Tuxtepec, Teotitlán de Flores Magón, Ixtlán de Juárez, San Pedro y San Pablo Ayutla, Matías Romero, Tlacolula, Santo Domingo Tehuantepec, Juchitán de Zaragoza, San Pedro Mixtepec, Miahuatlán de Porfirio Díaz y Acatlán de Pérez Figueroa, siendo este último, el único Distrito que ganaron en las pasadas elecciones. Pese a ser el partido del gobierno en turno.  

Por su parte, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que a nivel estatal administra Sesúl Bolaños, sobrino y esbirro del Senador y eterno candidato a gobernador, Salomón Jara Cruz; rompió la coalición con el Partido del Trabajo, instituto político que históricamente ha respaldado el proyecto del presidente Obrador, sin embargo, dada la baja votación obtenida en el pasado proceso electoral, no representa un verdadero valor para Morena, al igual que el Partido Verde Ecologista de México, antiguo aliado del PRI que ha buscado colarse en la 4T, traicionando a quienes alguna vez sirvieron. Por eso y más razones, la propia militancia rechazó una alianza local con ellos. 

Con esta decisión, Morena deberá construir una estructura que les permita mantener el control del Congreso local y lograr al menos, las 26 curules que hoy ocupa y el control sobre los 18 Distritos electorales que representa. Sumando los que podría arrebatarle al PT y al extinto Encuentro Social. Sin descuidar a los nuevos partidos que si bien han definido su apoyo a la Cuarta Transformación, representan intereses ajenos a Morena. Lo que representará todo un reto para un partido fragmentado y confrontado al interior, además del nulo trabajo legislativo a lo largo de estos dos años. 

En el tema federal la historia será muy diferente, ya que Morena debe garantizar a toda costa la mayoría en la Cámara de Diputados para poder dar continuidad a los proyectos y programas que ha implementado el gobierno obradorista. Por lo que las coaliciones están garantizadas. 

Ante este panorama, Oaxaca enfrentará una de las peores crisis sociales y económicas en la historia de la humanidad, en medio de un proceso electoral amorfo, sin ideología más que la lucha por el poder y el control de los recursos del Estado. En donde las propuestas y las soluciones reales a los problemas de Oaxaca, serán las grandes ausentes. 

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