Al concluir la Segunda Gran Guerra, Estados Unidos se erigió como el autoproclamado defensor de la democracia en todo el mundo, bandera que ha usado para justificar invasiones, guerras y la destrucción de gobiernos que no se doblegaban a sus intereses. Convirtiéndose en la primer potencia global.

Sin embargo, los cambios de las últimas décadas en la geopolítica han mermado su nivel de influencia e incluso, lo han desplazado en varias regiones del mundo. No obstante, la mayor fractura en el país “más poderoso”, no provino de un enemigo externo, sino de sus propios gobernantes.

Este miércoles, cuando el Congreso de Estados Unidos se disponía a validar la elección de Jode Biden sobre Donald Trump en los comicios presidenciales, decenas de simpatizantes del aún mandatario, tomaron la sede del poder Legislativo estadounidense, en un hecho sin precedentes en la historia moderna del país norteamericano.

Aunque Estados Unidos es conocido por su capacidad de controlar manifestaciones y someter a protestantes, en un acto inaudito, grupos radicales identificados con la extrema derecha y organizaciones xenófobas, irrumpieron en el Capitolio con total libertad, como si no existieran fuerzas de seguridad en el lugar, exigiendo que se anulara la elección que dio el triunfo a Biden y la consecuente derrota de Trump.

Disfrazados con pieles, sombreros e incluso cuernos, los manifestantes avanzaron con paso libre sobre la entrada y pasillos del Capitolio mientras los Congresistas salían resguardados por los pocos elementos de seguridad que confrontaron a los invasores, armados de palos, tubos y algunos con armas de fuego.

Tras varias horas de caos y ante la incapacidad de las fuerzas del orden para controlar la situación, el secretario interino de Defensa, Christopher Miller convocó a la Guardia Nacional, señalando que ellos hicieron el juramento de defender la Constitución y el gobierno democrático.

Por su parte, la alcaldesa de Washington anunció un toque de queda que entró en vigor a las 18:00 hora local.

Mientras todo esto ocurría, Donald Trump se encontraba en un búnker junto a sus más cercanos colaboradores y familiares, observando el ataque al Congreso, e incluso alentando a los protestantes, quienes habían partido de un mitin que encabezó el propio Trump momentos antes de las agresiones y por lo que se le señala como el principal incitador y responsable de estos hechos. Lo que abrió el debate sobre su remoción adelantada, propuesta que se debatirá el próximo lunes en la Cámara de representantes.

Resultado de la agresión se reportaron varios heridos y al menos cinco personas murieron. También se han realizado varios arrestos, incluso durante el fin de semana, tomando como pruebas las imágenes que medios y los propios manifestantes tomaron.

Entre las víctimas mortales se encuentra el agente Brian D. Sicknick, quien “murió debido a sus heridas mientras cumplía con su deber”, de acuerdo a un comunicado de la policía del Capitolio en donde asegura que investigará su muerte.

Otra de las víctimas fue Ashli Babbitt, una exmilitar de 35 años de California, quien recibió un disparo de un oficial de policía vestido de civil, informó el jefe de la Policía de Washington DC, Robert Contee.

Los otros fallecidos fueron Benjamin Phillips, de 50 años, Kevin Greeson, de 55, y Rosanne Boyland, de 34, quienes perdieron la vida después de sufrir “emergencias médicas”, agregó, sin entregar más detalles.

Los tres viajaron desde Pensilvania, Alabama y Georgia respectivamente.

Reinicia la sesión del Congreso

Después de que la Guardia Nacional con apoyo de fuerzas locales y federales controlaran la situación, el Congreso reinició su sesión a última hora del miércoles, logrando la certificación del resultado de las elecciones de noviembre y la victoria de Biden.

Por su parte, Congresistas, líderes de la oposición e incluso el propio partido del Presidente Trump, lo responsabilizaron de manera directa por los lamentables hechos.

“No hay duda de que el presidente formó la turba, incitó a la turba y se dirigió a la turba. Él prendió la llama”, declaró la congresista republicana Liz Cheney

Antes de ser ratificado su triunfo, el presidente electo Joe Biden dijo que “en este momento, nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes, como no habíamos visto en tiempos modernos”, dijo Biden con vehemencia en una intervención televisada.

“Un asalto a una ciudad de libertad, el Capitolio en sí mismo. Un asalto a los representantes de la gente, a la policía del Capitolio, a los servidores públicos (…). No es una protesta, es una insurrección“, enfatizó.

El mundo reacciona

La respuesta a los hechos ocurridos en Estados Unidos no se hizo esperar, siendo calificados como un “ataque directo a la democracia” por la mayoría de los líderes mundiales.

En Argentina, el presidente Alberto Fernández expresó en Twitter su “firme apoyo” al presidente electo Joe Biden y condenó lo que llamó “los graves hechos de violencia” ocurridos el 6 de enero en Washington.

En Colombia, el presidente Iván Duque escribió que rechazaba los actos de violencia ocurridos en Washington y expresó su “solidaridad y apoyo a los honorables miembros del Congreso y a todas las instituciones de Estados Unidos”.

Por su parte, Sebastián Piñera, presidente de Chile, también condenó los hechos del 6 de enero y escribió que su país rechaza lo que llamó “las acciones destinadas a alterar el proceso democrático en EE.UU.”

El gobierno venezolano, al que Estados Unidos no reconoce como legítimo, indicó que “con este lamentable episodio, Estados Unidos sufre lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión”.

“Escenas vergonzosas”

En Reino Unido el primer ministro Boris Johnson criticó lo que llamó las “escenas vergonzosas” en el Capitolio estadounidense.

“Estados Unidos defiende la democracia en todo el mundo y ahora es vital que haya una transferencia de poder pacífica y ordenada”, escribió en Twitter.

asalto
Pie de foto,Centenares de simpatizantes de Trump forzaron su entrada al Congreso en señal de protesta por el triunfo de Biden.

En Alemania, la canciller Angela Merkel dijo que quienes irrumpieron en la legislatura estadounidense eran “atacantes y alborotadores” e indicó que se sintió “enojada y también triste” después de ver fotografías de las escenas en Washington.

En una reunión de conservadores alemanes la canciller declaró: “Lamento mucho que el presidente Trump todavía no haya admitido la derrota, y que haya seguido generando dudas sobre las elecciones”.

“Ataque a la democracia”

El presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, expresó en Twitter su “preocupación” por el asalto al Capitolio que protagonizaron los seguidores de Donald Trump.

“Sigo con preocupación las noticias que llegan desde el Capitolio en Washington”, tuiteó Sánchez.

Y agregó: “Confío en la fortaleza de la democracia de EE.UU. La nueva presidencia de Joe Biden superará la etapa de cripación, uniendo al pueblo estadounidense”.

manifestantes
Pie de foto,Los manifestantes se reunieron fuera del Capitolio antes de que empezara la sesión del Congreso.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron dijo en un video en Twitter: “Cuando, en una de las democracias más antiguas del mundo, los partidarios de un presidente saliente toman las armas para desafiar los resultados legítimos de una elección, una idea universal – la de ‘una persona, un voto’- se socava”.

“Lo que pasó hoy en Washington DC no es estadounidense, definitivamente. Creemos en la fuerza de nuestras democracias. Creemos en la fuerza de la democracia estadounidense”, agregó el mandatario francés.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau señaló que los canadienses estaban “profundamente perturbados y entristecidos por el ataque a la democracia”.

“La violencia nunca logrará anular la voluntad del pueblo”, escribió en Twitter.

Al otro lado del mundo, en Nueva Zelanda, la Primera Ministra Jacinda Ardern, tuiteó que “la democracia – el derecho de las personas a ejercer un voto, hacer que se escuche su voz y luego que esa decisión sea confirmada pacíficamente – nunca debe ser anulada por una turba”.

En India, el primer ministro Narendra Modi, quien ha establecido una buena relación con el presidente Trump, dijo que estaba “angustiado al ver noticias sobre disturbios y violencia” en Washington.

“La transferencia de poder ordenada y pacífica debe continuar”, tuiteó.

Turquía, un aliado a través de la OTAN, dijo que invitó a “todas las partes” a mostrar “moderación y sentido común”.

En Japón, uno de los aliados y socios más cercanos de Estados Unidos, el secretario jefe del gabinete, Katsunobu Kato, señaló que su gobierno esperaba una “transferencia pacífica de poder” en Estados Unidos.

Y en Singapur, el ministro principal, Teo Chee Hean, indicó que había visto cómo ocurrían las escenas “impactantes” en Washington, y agregó: “Es un día triste”.

Por su parte, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó hacer declaraciones sobre el ataque el Capitolio del país vecino, refugiándose nuevamente en la Doctrina Estrada y la no intervención, al igual que lo hizo cuando se negó a reconocer el triunfo de Joe Biden en las urnas.

Trump acepta la derrota

Aunque en un principio mantuvo una actitud retadora e indiferente ante la situación que enfrentaba el país que ha gobernado durante los últimos años, al verse perdido y vapuleado incluso por sus aliados, Donald Trump no tuvo otra alternativa que reconocer la derrota y condenar la invasión al Capitolio.

“Hemos pasado una elección intensa y hay muchas emociones, pero ahora es momento de calmar los ánimos y de recuperar la calma”, dijo Trump en un video en la Casa Blanca publicado la noche del jueves.

“El 20 de enero se juramentará un nuevo gobierno. Mi objetivo ahora es asegurar un traspaso de poder ordenado. Este momento requiere llamar a cerrar heridas y a la reconciliación”, dijo en un tono conciliador, muy diferente al exhibido en otro video el miércoles pocas horas después del asalto al Capitolio por parte de sus seguidores.

Trump se mostró “indignado” por el “atroz ataque” al Congreso del que muchos lo responsabilizan.

Pero los llamados a que el presidente responda por lo ocurrido siguen resonando y en el Congreso algunos demócratas están planeando el curso de acción.

“Si el vicepresidente y el gabinete se niegan a actuar, el Congreso debería volver a reunirse para hacer un impeachment al presidente”, dijo el líder demócrata Chuck Schumer.

Redes Sociales bloquean a Trump

Tras las declaraciones previas y posteriores a la toma del Capitolio, en donde Trump incita a la violencia y a la toma de las instituciones para rechazar los resultados electorales, las Redes Sociales Twitter y Facebook, bloquearon permanente las cuentas del mandatario, dejándolo en silencio al menos, hasta que abandone la presidencia.

About The Author

Deja un comentario