Hablemos de política 

Por Diego Martínez Sánchez 

El innegable fracaso de su gobierno parece no ser suficiente razón para que el Presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, reconozca su fallo y acepte los errores con dignidad, por el contrario, su desesperación por mantener el poder y encubrir los cuantiosos actos de corrupción denunciados a lo largo de los dos años de su mandato -más los que se sumen en los próximos meses- lo han evidenciado como un ambicioso vulgar. 

Porque más allá de la dichosa guerra sucia que ha denunciado en su contra, la realidad no se puede ocultar. La ciudad capital está hecha un desastre en todos los rubros, desde la seguridad, pasando por infraestructura municipal, servicios, obra pública, ambulantaje, ordenamiento vial, salubridad, solo por mencionar algunos, todos de injerencia directa del Ayuntamiento que Martínez Neri dice gobernar o, al menos, administrar. 

A ello se suman las constantes denuncias por corrupción, todas ellas blindadas con una amplia impunidad ofrecida desde el Palacio Municipal. Basta recordar el robo al encierro de vehículos Primavera, los sobrecostos por el traslado de desechos, la desaparición de patrullas de policía, el incremento de puestos ambulantes a cambio de dádivas económicas a funcionarios, la protección a la delincuencia y hasta a acosadores sexuales por parte de las autoridades. 

Pero nada de eso inmuta al aún edil, quien cínicamente publicó en sus redes sociales un video pidiendo “continuidad”. Sí, continuidad al saqueo, a la corrupción y a la impunidad. Burlándose descaradamente de los ideales más básicos del movimiento al que dice pertenecer, “no robar, no mentir y no traicionar”, pero sobre todo, de la ciudadanía que esperanzada en terminar con los malos gobiernos que ha tenido Oaxaca de Juárez, confiaron en él para hacer realidad la tan anhelada “transformación”.  

No obstante, hoy busca la reelección al cargo como si mereciera un premio, cuando lo único que tiene merecido es el desprecio de la ciudad que no lo vio crecer pero con la que se quiere enriquecer. Tal y como lo hizo cuando fue diputado federal por el octavo distrito, donde sus operadores pedían hasta el 40 % de los recursos que el entonces “legislador” gestionaba para obras de impacto social. 

Un puesto al que desea volver, porque -consciente de su alto nivel de desaprobación y rechazo social- también se apuntó para ser candidato a una curul en el Congreso de la Unión, violando las normas internas de su partido, pero eso será algo que deberá resolver su dirigencia, aunque quizás por eso se dice que las candidaturas siempre están a la venta.

Ya que de ser cierto que las definiciones serán por medio de encuestas abiertas, sin duda Martínez Neri no tendría oportunidad alguna de seguir saqueando las arcas municipales de Oaxaca de Juárez, siendo el reclusorio su único destino. Claro, en un escenario donde la justicia se haga valer por encima de los favores y complicidades políticas. Un tema del que hablaremos más adelante. 

Al tiempo.

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