Por Juan Carlos Hernández A.
Pese a que la democracia no es ni será una barita mágica para solucionar los grandes problemas de México, sin embargo, participar y pensar en la defensa de ella es un buen inicio, los mexicanos todos estamos involucrados a construir ciudadanía, a demostrar interés por la cosa pública. La democracia sustentada en la libertad es una vía para sostener los principios básicos de toda gobernabilidad de un país, encausado a perfeccionar su representación política en temas de interés común y de tomar en cuenta la decisión de la ciudadanía a través del voto libre e informado, nunca manipulado, es y será el ideal de cualquier nación.
La democracia es lo que hay, y es el sistema más antiguo de la humanidad por la que ha tenido que pasar, imperios, mandatos y gobiernos que sí han tomado en cuenta la voluntad expresa de sus ciudadanos. Es así como ha funcionado el sistema de partidos, la autoridad electoral en sus diversas representaciones, y los mecanismos de participación ciudadana, hoy dia son aun los que prevalecen para tomar parte de la cosa pública.
No hay democracia plena sin la participación abierta del poder de la gente que se manifiesta en las elecciones, no se puede presumir un país libre si no hay la conservación de la paz social y ésta se logra por cauces legales como el derecho a votar y ser votado y que prevalecen aún en la constitución política de este país, por lo que toca a la ciudadanía justo el manifestarse en el deseo de preservar esos principios constitucionales que le protegen y ayudan a contar con un marco regulatorio que salva de cualquier indicio que se pretenda ser violentado.
Es así como hemos sido testigos y por tercera ocasión de la más pura convocatoria a la sociedad organizarse para manifestarse en pro y defensa de sus propios derechos, políticos y electorales y además de constitucionales para que no sean menoscabados o vayan en detrimento de la armonía y el bienestar y vivir como mexicanos que gozan de toda garantía constitucional amparados por la legalidad. En tal sentido nadie defiende lo que no cree, o lo que no le interesa, el caso del fin de semana pasado es una clara muestra de lo que el ciudadano de a pie siente y le preocupa, le afecta e interesa sobremanera en un país libre y democrático donde sí se respete, cumpla y conserve la ley que le protege.
La democracia sirve para la recreación de la ciudadanía, pues se hace respetar el principio de mayorías, pero también no deja el efecto de las minorías, al fomentar el pluralismo político ayuda a que existan unos y otros, así entonces se celebran elecciones periódicas en la que se fortalece por la muy entusiasta colaboración de la ciudadanía comprometida con México. Es aquí donde radica las fortalezas de la gente que es responsable y colaborativa. Aun lo es y que bien que exista. Así entonces la democracia ayuda a cohabitar entre ideas diversas y existe la materialización de convivir con el “otro” sin detrimento de nada y nadie.
Para ser el bien social, hay que participar, y no solo cada tres años, la democracia tiene diversas formas de organizarse y responder a uno y otros llamados que en la misma sociedad se generan. No perdamos lo que poseemos, antes bien perfeccionémoslo, el país goza de cabal salud en democracia, ahora es tiempo de participar y hacerlo de la mejor manera posible y real, aquí y ahora, dentro de lo deseable. ¡Hágale pues!