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Por Juan Carlos Hernández A.

La presente temporada es de indudable conexión política a través de lo que se llama campaña electoral, que por decir lo menos será no una batalla de dos o tres idealizaciones partidistas, sino una guerra de dichos, probables comprobables o no, que importa, de spots en medios electrónicos, varios milloncitos, de compra de espacios públicos visuales para llamar la atención pero también el  muy particular,  dialogo altruista, o no, para persuadir cada quien en su propia estrategia, trinchera y forma de hacerlo, al más interesado o no, de los electores quienes están atentos eso sí,  de los mensajes claros de cada postulante a un cargo de elección popular y que no serán menos de 20 mil para que  este próximo 2 de junio  aspiran a lograrlo y no será de otra forma que dándose a conocer con soluciones reales para problemas reales.

Seremos testigos pero esperemos no impávidos, inertes o congelados de las más altas notas del discurso, esperamos no peyorativo sino asertivo y propositivo para hacer empatía con quienes desean votar por este nuestro México prospero tan prometido en cada buena intención de constantes mensajes de quienes ofrecen siempre la solución a los disímbolos problemas que nos aquejan un día sí y otro también; aunque sabemos de la imposibilidad de soluciones acabadas pues la verdad no es posible que en una administración se pueda solucionar de manera definitiva cualquier buena intención de quitar un mal o poner un bien, remedios con prontitud son los que no hay. Imposible.

La consabida propaganda no es otra cosa que la idealización de promesas en las campañas pues son ideas, ideologías planteadas de manera suponemos inteligente para posicionar una marca o un candidato en la entronización del imperio del marketing político y es y ha sido así de eficiente para promover la “voluntaria” participación del electorado que, cada vez ha sido más exigente con esas formas de convencerle y que al inicio y final es solo un dialogo de quien expone propuestas y de quienes las escuchan. Así de sencillo, pero no fácil.

La dinámica de las herramientas de las campañas electorales hoy dia son cambiantes y de más acercamiento a la emotividad del elector, por ello deberían ser creadas con más creatividad y sobre todo por que hay al menos un 20 por ciento de electores jóvenes a los que hay que atraer con novedades que contagien, ya no puede darse una campaña acartonada, cuadrada, antipática, o demasiado incongruente no es lo deseable. Hay un sin número de ejemplos de diálogos que conecta, que hacen click con las mas selectas elites de la sociedad, y ello es bueno, pero pensar en el colectivo en mucho mejor pues ahí se muestra la mayor participación también en las elecciones al seleccionar un candidato y si acudir a votar.

El tema del dialogo en campaña  para segmentos de electores juveniles se torna interesante cuando hay un buen mensaje con ellos, ahí en definitivo entra la razón del uso de cuanta tecnología y novedad hay en el mercado de proyección de la comunicación política, es sin duda una buena oportunidad de mostrar frescura, buen discurso y toda novedad en la ideas que detonen y denoten todo interés en quien aún no ha votado y será la primera vez que lo haga, tiene que haber cierto “encanto” si o si, de lo contrario no habrá resultados favorables para él o la candidata del partido político que sea. La definición del elector a veces no va por una sigla partidista, sino que se asoma el interés por el hombre o mujer que lo representa, es decir se vota por el postulante, por sus atributos, su presencia y su inteligencia al saberse comunicar hacia los demás, osea el candidato mismo.

El crecimiento en políticas públicas emana de conocer a la perfección los disímbolos gustos como necesidades de quienes si votan, el dejarlos a la deriva o no tomar en cuenta ello traería serias consecuencias que podrían ser el indiferentismo, o el muy conocido abstencionismo, ello no es lo deseable. Usted prepare su entendimiento, vea, compare, seleccione y vaya acumulando información para tomar si, la mejor decisión el próximo 2 de junio y por supuesto ejercer su derecho de votar y ser votado. ¡Hágale pues!

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