26 noviembre, 2024 4:30 AM
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*Por Juan Carlos Hernández A.

Hoy en esta época, temporada, semanas y días, estamos atravesando por unos de esos llamados días aciagos, que en su descripción es de peligro, infaustos o llenos de penas, y pues como no si sabemos que el desarrollo de los países se conoce por varias mediciones y circunstancias, sea en economía, en crecimiento poblacional y también en términos de combate a la inseguridad, estabilidad política y social igual a que a la pobreza y a tantos otros temas que, por desgracia a muchos les afecta de forma directa y abiertamente y máxime con estos altibajos, mas bajos que altos de las mareas en las economías en el mundo entero.

En tal sentido sería muy provechoso para saber no cómo estamos, pues de sobra sabemos que, de mal a peor y no parece se mejore pues la instabilidad económica que impera en México y otros países es a toda vista lo que se asoma sin remedio de pronta solución. Días aciagos, pues y por mucho que no se quiera ver, en las esferas del poder. Por ello reza el dicho popular “quién vende pan frio” pues nadie, de manera particular nadie muestra sus debilidades y pobrezas, por supuesto que no.

Entonces amable lector, vivimos días aciagos por que sobra pobreza y faltan empleos, oportunidades de tener estabilidad laboral, falta seguridad, estrategia planeación y sobra delincuencia en toda su expresión y a lo largo y ancho del país, sobran enfermos y faltan clínicas y seguridad social en atención a quienes no lo poseen, bueno ni que decir de medicinas, que tampoco las hay. Días aciagos de instabilidad política quizá faltan lideres reales, que hagan por el país, por su comunidad, por la gente, vea el cercano caso de Venezuela y su inestabilidad político-electoral. En este caso por más que quieran manipular a la opinión pública internacional, está difícil, pues no se puede tapar el sol con un dedo. Saque usted sus conclusiones.

Días aciagos pues la educación y espacios para llegar a ella son cada vez más cerrados, pocos y agregue usted además de calidad y la estructura e intencionalidad para plantear el qué y el cómo, en las formas existentes para la enseñanza. Nos hacen falta personas con ideas Vasconcelistas para lograr cubrir las deficiencias que, por años se viene arrastrando. Bueno, veamos qué nuevas traerán las siguientes administraciones. Revise usted el caso exitoso del país latinoamericano como lo es Chile.

Días aciagos pues la corrupción, las malas acciones y la falta de ética es y está presente aun pese a que se diga que históricamente existió más, hoy es día que no se ha quitado, y no vemos que vaya a terminar, ilusorio pensar que sí. Se hace presente la voluble condición humana que no se resiste a la tentación de obtener de manera fácil y rápida las “oportunidades” que la vida le presenta. Días aciagos en la presente temporada de definiciones torales pues faltan posturas de votación razonadas y motivadas por defender lo que mejor conviene para de México por lo que se refiere a la composición del legislativo, hay decisiones truncas, sin valoración, sin debate y al azar propiciando afectaciones a lo que debería darse como gobernanza. Ojalá no se afecte.

Días aciagos porque polula la mentira, el engaño y por ello ¿debemos hacerlo igual, es rebajarse al nivel de la ignorancia supina?  Sin saber de las consecuencias que ello trae, empero, faltan decir verdades, pero éstas no se muestran pues pueden afectar intereses particulares o generales. 

Días aciagos donde ya no se utiliza mucho  la inteligencia emocional para soportar las dificultades, donde lo que sobran son  problemas que llevan al ser humano a crisis emocionales que pegan emotivamente en lo particular pero en lo social por igual, donde la gente no busca su paz interior antes mas busca el rose social para “salvar su malestar emocional” cómo cree que eso va a mejorarse sin buscar las opciones óptimas de mejora espiritual, donde la gente anda consultado chamanes, brujos y adivinas espiritistas. Así no.

Sin embargo, hay que reconocer que los desafíos son enormes, tan grandes que no podemos y no debemos confrontarlos a través del aislamiento personal, no podemos hacerlo de manera individual sino en coparticipación unos con otros en sociedad, trabajar e impulsar la ayuda todos en aras de buscar el bien común, que con seguridad nos lleve a un mejor estado de paz y de vida. Hágale pues, que la vida es solo una.

*El autor es Maestro en Gestión Social y Políticas Públicas.