• “No soy la única mujer que ha soportado y tolerado la putrefacción y hedor de estas violencias y violaciones a los derechos humanos”.
  • Sin “la rabia infinita de mis hermanas mexicanas, hoy yo no estuviera aquí”: María Elena Ríos

Ciudad de México.- En el marco del Día Internacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres que se conmemora cada 25 de noviembre, la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Kenia López Rabadán, invitó a la comunicóloga y saxofonista, María Elena Ríos Ortiz, sobreviviente a un ataque con ácido, para que relatara su historia y su exigencia de justicia sea escuchada.

La legisladora reconoció a María Elena como una mujer que ha demostrado ante las adversidades, su fortaleza, su valentía y su inteligencia, destacando la importancia y necesidad de alzar la voz y visibilizar la violencia que viven las mujeres en el país, advirtiendo que diariamente se presentan al menos 600 denuncias por violencia, aunado a los 10 feminicidios diarios y las incontables agresiones hacía miles de mujeres en todo el país, que se mantiene en la impunidad, como el caso de la joven profesionista, a quien expresó su total respaldo.

“No es una lucha de un solo día, es una lucha constante y de todas y de todos, añadió López Rabadán al hacer un llamado para que sea dictaminada la iniciativa que presentó en julio del año pasado, para adicionar el artículo 297 BIS del Código Penal Federal para que se condenen con hasta 26 años de prisión a quienes ataquen a mujeres con ácido o sustancias químicas.

Al tomar el micrófono, María Elena Ríos rememoró la razón por la que se conmemora este día, el cual dijo, no es para celebrar, porque “es doloroso recordar el motivo”.

Denunció la protección desde diferentes trincheras para los agresores de todo tipo, como aquellos que niegan su responsabilidad como padres.

“Pareciera que exigir el derecho de nuestro hijos sea un acto de traición a nuestra dignidad”, espetó al reprochar los niveles de acoso y violencia que sufren millones de mujeres desde los primeros años de su vida.

“La violencia no es sinónimo de ignorancia o prietud, a mi me agredió un rubicundo de cuello blanco, Diputado por cierto. La violencia alcanza y se ejerce desde las grandes élites, desde la política”

Han pasado más de dos años y a pesar de haber logrado la atención nacional gracias al apoyo de su hermana que hizo público el tema y de una periodista que ayudó a denunciar su caso, para María Elena la justicia aún no llega.

Pero reconoce que sin todo el apoyo recibido, y sin “la rabia infinita de mis hermanas mexicanas, hoy yo no estuviera aquí”, dijo al agradecer a López Rabadán que la invitara a este espacio, haciendo énfasis que el respaldó vino de una “senadora de la ciudad de México y no de Oaxaca”.

En este sentido, recordó que hay mujeres “que tuvieron un cargo público con la posibilidad de por lo menos pronunciarse por lo que me hicieron, como Senadoras, como músicas, cantantes, como servidoras o simplemente como paisanas, mismas que el día de hoy buscan escalonar más alto para prolongar el poder de los hombres que se encuentran detrás de ellas”,

“La paridad no ha garantizado erradicar la subordinación, esta subordinación que existe con fuerza en las legislaciones y representaciones populares”, agregó al mencionar que “nunca se me olvidará cuando una legisladora paisana mía, cuando mi hermana le pidió ayuda para trasladarme a un hospital aquí de la ciudad, le contestó: ¿Qué, y sabes tan solo cuánto cuesta una torta de ese hospital? Y hoy quiere ser gobernadora de mi estado”.

“Con esto no quiero decir que odio a las que no fomentan sororidad, sus razones tendrán, quizás no les permitan entender esta realidad los hombres que las subordinan, de mi parte y de corazón las invito a que nos unamos y seamos un mismo frente”, declaró María Elena Ríos al decirse orgullosa de sus raíces.

“Yo soy orgullosamente oaxaqueña, porque las mujeres de mi tierra, a pesar del patriarcado impregnado en las comunidades, estamos comenzando a tener la cultura de la denuncia, estamos aprendido a ser guerreras…”

María Elena Ríos

Criticó que en su entidad las condiciones sociales son un referente que beneficia a unos pocos y visibiliza otras realidades. Como su caso, ya que después de 809 días desde el ataque, sigue clamando justicia e imparcialidad.

Indicó que fueron cinco “los cobardes” que orquestaron su agresión; uno murió de causas desconocidas y otros tres están en prisión preventiva, mientras que el quinto implicado sigue prófugo “con todo el fuero que le brinda el estado de Oaxaca”, aseguró.

Denunció que lo ha visto en las calles, pero las autoridades lo han protegido, tanto el pasado Fiscal, como el actual, Arturo Peimbert Calvo, a quien criticó duramente por la falta de resultados para atrapar y condenar a todos sus agresores. Delegando la responsabilidad de encontrar a su agresor a la sociedad.

Comentó que hace 45 días, Peimbert le llamó para reprocharle el haber hecho públicos sus reclamos por haber incumplido en capturar a su agresor. Lo que -dijo- le dio vergüenza al darse cuenta que Oaxaca tiene un Fiscal más preocupado por cuidar su imagen en redes sociales que por realmente dar con sus agresores.

También recordó las más de 574 víctimas de feminicidio impunes en Oaxaca, sin contar a las que permanecen en el anonimato.

Así como las “incontables violaciones” a sus derechos humanos por parte de jueces y magistrados, quienes “con una simple comida y unas buenas chelas”, sus agresores los pueden “manipular a su antojo”.

Mencionó que ha tenido que soporta humillaciones de la defensa de su agresor, quienes “de india no me bajan por tener sangre Mixteca y de grosera no me sacan por defenderme de sus clientes criminales”.

“A mi no me da vergüenza ser quien soy… vergüenza defender a feminicidas”.

“Ya se nos hizo costumbre brincar de la cama por ruidos extraños”, mencionó María Elena al señalar que la familia de sus agresores, políticos y empresarios potentados de la zona, han emprendido una campaña en su contra, manipulando a mujeres de escasos recursos quienes por 500 pesos aceptan apoyar a los imputados.

“Tengo que vivir con miedo, mientras mi agresor se encuentra internado en el penal de Tanivet, en Tlacolula, Oaxaca; sí un hotel de cinco estrellas que le brinda una celda VIP frente a la enfermería, con la mejor cama, en donde tiene acceso a su teléfono celular, pantalla de TV, refrigerador, microondas y visitas fuera del horario establecido”, comentó al señalar que esto es gracias al titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Heliodoro Díaz Escarraga.

De igual manera condenó que el pasado 22 de noviembre, el Consejero de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Emilio De Gyves Montero, solicitó medidas cautelares para su agresor, y que pueda llevar el proceso desde casa. No obstante, el funcionario negó estos dichos por medio de un video publicado en sus redes sociales, indicando que es una campaña en su contra.

Ríos refirió que hoy cuenta con protección por parte del gobierno federal, gracias a la intervención del subsecretario Alejandro Encinas, porque la Fiscalía de Oaxaca le proporcionaba información a la familia de sus agresores, sobre su paradero y el de sus seres queridos, poniéndolos en riesgo de alguna represalia por la denuncia.

“No soy la única mujer que ha soportado y tolerado la putrefacción y hedor de estas violencias y violaciones a los derechos humanos”, declaró María Elena Ríos al exigir justicia e imparcialidad en su caso, así como mayor sororidad entre mujeres.

“Mujer, despierta, la violencia no es normal y tenemos que estar unidas para erradicarla, y así no volver a repetir las historias de nuestros nombres, al contrario, contar historias nuevas, historias de vida sin violencia”

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