ERNESTO REYES
Se siente orgullo al constatar que nunca nos equivocamos al cambiar de gobierno, cuyas señales en ascenso nos confirman que estamos mejor ahora. A pesar de los incrementos que golpean nuestros bolsillos, producto de la mala distribución de la riqueza y de fenómenos globales como la guerra y la pandemia.
En torno a esta conflagración, Andrés Manuel López Obrador convocó a la ONU a promover el diálogo y llevar la paz a Ucrania mediante un comité formado por el primer ministro de la India, el papa Francisco y el mismo secretario general de Naciones Unidas, a fin de pactar una tregua mientras hay arreglo y se recupera la economía mundial. Esta iniciativa es una actitud soberana, congruente con el mandato de un pueblo que ya no se engaña con la simulación y el falso patriotismo.
Dicha propuesta fue el motivo principal de su discurso por el 212 aniversario del inicio de la guerra de Independencia. Lo señaló ante las fuerzas armadas que protagonizaron un desfile donde la presencia principal fue la Guardia Nacional, recién estrenada como un sector adjunto a la Defensa Nacional, pero con mando civil, lo que el sector conservador niega y rechaza al considerar, sin presentar propuesta razonable para atender la inseguridad, que AMLO nos lleva a la “militarización” del país.
Los señoritos del viejo régimen lo perciben así, mientras tuvimos como invitados a exmandatarios demócratas y libertarios como Evo Morales o José Mujica; familiares del guerrillero Ernesto, El Che Guevara, del líder por los derechos civiles, César Chávez y de Julián Assange, a quien el imperialismo lo tiene encarcelado, a pesar de ser considerado “un Quijote de la libertad”.
Es lamentable descubrir que la rancia derecha mexicana, escondida en organizaciones de la falsa sociedad civil, partidos, la empresa y la intelectualidad con poses de supremacía, no acaba de digerir que son irreversibles los tiempos de las monarquías y del intervencionismo extranjero.
Lo resumió así el presidente en su discurso: “La invasión (a Ucrania) es reprobable, no aceptamos ninguna intervención extranjera, porque hemos sido víctimas de cinco, una de España, dos de Francia y dos de Estados Unidos que nos han costado sangre, martirio y territorio”. Un presidente que reivindica nuestra independencia de criterio, sin pelearse con las potencias, nunca será comprendido por personas añorantes del pasado o por quienes nacieron para ser sometidos.
En el Grito de Independencia que comenzó y terminó en fiesta nacional, se rompieron de nuevo los mitos, como el que no se debía cambiar ni una frase a las arengas. Ahora escuchamos, además de las vivas a nuestros héroes patrios, mueras a la corrupción, el racismo y el clasismo, actitudes que todos debiéramos erradicar de nuestros valores y comportamientos.
Posiciones excluyentes que se replican aquí cerca, en el tratamiento dado, por ejemplo, a un grupo de manifestantes que fueron desalojados a golpes de la carretera federal por parte de supuestos habitantes de San Agustín de las Juntas, sin caer en cuenta que, si en verdad fueron los del pueblo y no grupos pagados por el gobierno, alguien los está mandando a pelear con los de su misma clase social, es decir, son nuestros propios hermanos.
Y mientras tanto, el gobierno no se ensucia las manos. No importa que los manifestantes provengan de zonas rurales y a sus supuestos “rivales” los hagan sentir “superiores a cualquiera”, por el hecho de habitar en la zona conurbada de Oaxaca de Juárez, que también alberga a gente pobre, acaso más que en las sierras o zonas alejadas, donde todavía tienen la dicha de convivir con la naturaleza y no con inmundicias como nos está sucediendo en temas como la basura, la contaminación y la escasez de agua.
Mientras las audiencias se congratulaban de que “ahora sí les estaban dando su merecido a los inconformes”, el aliado de Alito no se cansaba de presumir que las protestas habían callado como resultado de la atención dispensada a las organizaciones que horas antes habían mantenido en jaque a la ciudad.
Si se incita a resolver los problemas por propia mano, sin importar consecuencias ¿quién sería responsable de la formación de grupos irregulares de pretendida autodefensa para “combatir” bloqueos, plantones y no las causas profundas de la inconformidad que es la desatención gubernamental? Vaya reto del futuro gobierno morenista para garantizar la gobernabilidad sin usar la fuerza del Estado o grupos de choque como es el caso.
@ernestoreyes14