El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) registró el viernes 20 de enero la casa del presidente estadounidense Joe Biden en Wilmington, Delaware, donde encontró documentos con marcas de clasificado y retiró algunas notas manuscritas del mandatario, indicó el abogado de Biden el sábado 21 de enero.

Aunque el presidente permitió de forma voluntaria que el FBI entrara en su casa, la falta de una orden de registro no hacía menos extraordinaria la operación. El suceso aumentaba el bochorno para Biden que comenzó cuando se hizo público, el 12 de enero, que sus abogados habían encontrado un “pequeño número” de documentos clasificados en una antigua oficina en el Centro Penn Biden de Washington, poco antes de las elecciones de media legislatura.

Los abogados encontraron después seis documentos clasificados en la biblioteca de la casa de Joe Biden en Wilmington de su época como vicepresidente.

Aunque Biden ha restado importancia al episodio, los descubrimientos se han convertido en un lastre político mientras el mandatario se prepara para iniciar su campaña de reelección, y socavan sus esfuerzos de mostrarse como la imagen de la formalidad ante el públicos estadounidense tras el accidentado mandato de su predecesor, Donald Trump.

Se desconocía de momento el nivel de clasificación de los documentos y si continuaban clasificados debido a que el Departamento de Justicia los tiene en revisión.

“Encontramos un reducido número de documentos guardados en el lugar equivocado”, dijo Biden a la prensa que le preguntó sobre el asunto cuando el presidente recorría zonas dañadas por las tormentas en California.

“De inmediato los entregamos a los Archivos y el Departamento de Justicia”, agregó.

Falta por verse si las autoridades federales podrían efectuar registros adicionales en otros lugares. Los abogados personales de Biden realizaron antes una búsqueda en la residencia en Rehoboth Beach y dijeron no haber encontrado documentos oficiales ni clasificados.

Biden pone el acento en que, a diferencia de lo ocurrido con el registro del FBI en la casa de Trump, él ha abierto la suya de forma voluntaria al Departamento de Justicia y autorizado un registro “completo” del lugar, incluidas sus notas manuscritas, carpetas y horarios.

De hecho, fueron los propios abogados del presidente los que descubrieron los primeros documentos clasificados y activaron la señal de alarma. Según Biden, solo se trata de papeles archivados “en el lugar equivocado” y que han sido “devueltos inmediatamente”.

Euronews y AP

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