Desde el portal
ÁNGEL SORIANO
Los propósitos de los gobiernos de México y Estados Unidos por ordenar la creciente migración proveniente de Centroamérica y de otros continentes han chocado con la realidad, tanto de la parte oficial como de los grupos humanos que huyen de sus lugares de origen.
Porque mientras el Gobierno de Joe Biden les asegura un trato humanitario y de respeto a los derechos humanos, la persecución fronteriza demuestra todo lo contrario: confinados al hacinamiento y a la insalubridad.
Hasta ahora la única solución que se vislumbra es la deportación, y tal parece que hay competencia estadística entre los gobiernos estadunidenses, lo mismo demócratas que republicanos, por expulsar al mayor número de extranjeros ilegales que buscan asentarse en su país, sin resolver el problema de fondo.
Porque el problema de fondo sigue siendo la enorme injusticia derivado de la injusta distribución de la riqueza y de la falta de oportunidades en la educación y el empleo para acceder a mejores niveles de vida para las actuales y fue generaciones.
Lo mismo le existencias de gobiernos sutoritaros que cercenan las libertades y que impiden el desarrollo integral de las comunidades y de naciones en general, lo que hace que miles de familias huyan hacia donde se les permita crecer en lo intelectual y material.
En esas circunstancias, la responsabilidad debe ser compartida : lo mismo naciones desarrolladas que las que están en vías de hacerlo, o que se encuentran en situaciones de atraso ancestral por los impedimentos propios de los países ahogados por la miseria y la desesperanza. Lejos de terminar, el problema migratoria crecerá en la misma tendencia de la represión.
No serán suficientes ni los recursos humanos ni tecnológicos para detener las corrientes migratorios porque además de ser un problema propio de la humanidad, las necesidades son crecientes e insatisfechos. Seguramente cuando se rebase de ser un problema social y de seguridad social y amenace la estabilidad de los países desarrollados, en especial de los Estados Unidos, se verá que el problema deberá resolverse a fondo.
Por ahora tendremos que ver el escenario de represión hacia los migrantes de diversos puntos geográficos del mundo a la espera de solución. México, en tanto, no sólo será receptor y expulsor de ciudadanos, familias enteras, que buscan mejores condiciones de vida, sino que también enfrentará su propia crisis por la demanda de servicios y empleo de nuestros compatriotas y de la población migratoria.