Por Diego Martínez Sánchez
Oaxaca.- El municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, en la zona metropolitana de la capital oaxaqueña, es de las demarcaciones más importantes del estado tanto por su densidad poblacional como por el flujo económico que transita por ella. No obstante, también es un referente en inseguridad, marginación y corrupción gubernamental.
Con una larga historia de Alcaldes que solo han saqueado las arcas públicas de este municipio, la llegada del actual edil, Alejandro López Jarquín, abrió una nueva oportunidad para cambiar la realidad de miles de familias xoxeñas, sin embargo, el encanto duró poco.
De acuerdo a los propios habitantes de esta localidad, al inicio de su primer trienio, López Jarquín aparentó un legítimo interés en resolver las problemáticas más apremiantes de Xoxocotlán, como el acceso a servicios básicos, infraestructura pública y seguridad.
No obstante, pareciera que todo ello fue solo para garantizar su reelección, la cual consiguió y marcó el inicio del fin para el cambio prometido.
El desvío de recursos y el enriquecimiento inexplicable del Presidente era cada vez más evidente, casas, salones de fiesta, negocios y más, comenzaron a ser relacionados con él y su familia, y aunque ellos negaban las acusaciones, para la población todo cobraba sentido.
Pero lo que derramó el vaso fue el hambre de poder y la falta de escrúpulos, al postular a su esposa como Candidata a sucederlo en el cargo.
Ahora bajo la bandera de Morena, partido al que López Jarquín insultaba y demeritaba en cada oportunidad; buscarían mantenerse en el poder. Según ellos para seguir sirviendo a Xoxocotlán, pero para la sociedad, su verdadero interés es seguir saqueando el municipio y cubrir los delitos cometidos durante los seis años que han ostentado el poder.
Como prueba las denuncias hechas por el expresidente del PRD, partido al que pertenecía López Jarquín, sobre el robó de más de 180 millones de pesos del municipio, y el pago de 7 millones de pesos por la candidatura de su esposa en el Movimiento de Regeneración Nacional.
Y aunque gracias al efecto del Presidente López Obrador y al uso de recursos públicos Morena obtuvo la victoria temporal, el Tribunal Electoral Federal determinó anular la elección por las irregularidades cometidas durante el proceso, particularmente la promoción de programas municipales y la participación activa del Alcalde a favor de su esposa.
Con ello, se ordenó a los organismos locales convocar a un proceso extraordinario para elegir a la próxima autoridad municipal, provocando una parálisis institucional injustificada.
Desde hace varios meses el Presidente municipal se limita a publicar saludos y una que otra obra menor, mientras su esposa realiza giras, eventos y reuniones amparada tanto en Morena como en una asociación civil.
Incluso se han aliado con el candidato de la coalición Vamos por México que integran el PRI, PAN y PRD, y quien ha sido señalado por se subordinado a López Jarquín, por lo que su postulación fue una simple simulación como parte del acuerdo entre varios dirigentes del tricolor y Morena.
Por su parte, el opositor más cercano, del partido Fuerza por México, intenta generar alianzas que lo lleven al triunfo a toda costa, sin medir las posibles consecuencias para la comunidad, sobre todo en materia de seguridad.
Ante este panorama y aunque aún no existe un ganador electoral, ya se puede considerar como el principal perdedor, al pueblo de Santa Cruz Xoxocotlán, que ahora deberá enfrentar otro tramo de ingobernabilidad con un administrador municipal que permita se realice la elección en paz, orden y legalidad. Algo que no pareciera tan sencillo.
Al tiempo.