27 noviembre, 2024 2:55 AM
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ERNESTO REYES

Un caso ilustrativo de que en Oaxaca se necesita avanzar hacia otros estadios en materia de igualdad de género, está sucediendo en el poblado de San José Manialtepec en donde Paola, una niña de 12 años, ha decidido acudir con pantalón a la telesecundaria, en lugar de la falda indicada para las mujeres. La negativa de las autoridades del plantel, de padres de familia, profesores y hasta de autoridades municipales a que logre su propósito “es un acto de normalización de la violencia de género en lo que hay que avanzar para desterrarla”, ha dicho el área de DH del gobierno oaxaqueño.

A Paola, quien es apoyada por sus padres, desde enero pasado no le ha sido posible matricularse ni asistir a tomar sus materias como cualquier estudiante. La Defensoría de los Derechos Humanos -incluso el gobernador Salomón Jara- han hecho llamados a buscar medidas alternativas que faciliten la resolución pacífica del conflicto, pero no parece haber salida. Está prácticamente “condenada” a emigrar de escuela porque la comunidad sigue prisionera de estereotipos de género que esconden bajo el argumento de los usos y costumbres. También la Comisión para Prevenir la Discriminación mantiene abierta una investigación del caso.

Frente a la oposición, la familia de Paola está siendo convencida por autoridades estatales a mudarse de plantel en otra población cercana; de lo contrario, le seguirán negando su derecho constitucional a la educación y violentando sus derechos humanos pues, por encima de cualquier reglamento o acuerdo interno, deben aceptar su voluntad de vestir con pantalón que para muchas niñas es más cómodo y se protegen mejor que con falda.     

La propia Defensoría oaxaqueña ha solicitado a la comunidad escolar encontrar un punto de equilibrio que permita una adecuada ponderación de derechos que coadyuve a conservar la paz en esta comunidad del municipio Villa de Tututepec, en la costa oaxaqueña. Esta medida, explica en un posicionamiento, “contribuye a abatir los estereotipos de género y las desigualdades, pues las mujeres estudiantes pueden realizar todo tipo de actividades en igualdad de condiciones que sus compañeros hombres”. 

La discriminación que denuncia Paola y su familia ha escalado a nivel mediático. Pero ni así se logra vencer la resistencia de una mal entendida “cultura” tradicionalista que choca con los avances que tenemos en cuestiones de tolerancia, respeto a las diferencias y convivencia pacífica con quién o quiénes piensan diferentes. 

Sucede en todos los espacios, hasta en poderes que suponíamos de avanzada. La semana pasada me referí a la metida de pata del congreso local para negarle derechos políticos a mujeres de comunidades indígenas por la vía de una reforma legal que, por fortuna, después de un litigio presentado por el partido Nueva Alianza y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, obtuvo un revés por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Es bueno saber que la autorización a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a portar uniformes neutros ya opera en la Ciudad de México, desde el año 2019, en donde disponen de esa capacidad de elección asegurada, sin que haya una reglamentación que la limite. Optar libremente portar falda o pantalón para asistir a clases, es ya un derecho a fin de que no sean juzgados ni discriminadas por este motivo.

Las y los alumnos son libres de escoger, no sólo con base al clima o a las actividades recreativas, físicas o deportivas que vayan a realizar, el tipo de uniforme que les guste más y con el que mejor se sientan sin importar que sea falda o pantalón. Y la elección, afirmaron entonces autoridades de la SEP y del gobierno de la Ciudad de México, es un acto de plena libertad que fomenta un trato equitativo y sin discriminación. Con esta medida, la capital del país nuevamente se puso a la vanguardia en este tipo de derechos, como sucedió con la legalización del aborto hace 16 años.

Mucho habrá que lograr en Oaxaca para ir venciendo el rechazo a apoyar el uso de uniforme escolar neutro, como también urge poner atención y no ser permisivos ni cómplices frente al acoso y abuso escolar en contra de alumnas de diferentes instituciones educativas de la entidad oaxaqueña. Dichos señalamientos requieren castigo ejemplar a los abusadores a fin de que niñas y jóvenes no sean molestadas en su dignidad.

@ernestoreyes14