Por Juan Carlos Hernández A.
El encuentro de dos razas ha hecho de México un país de contrastes, de visiones diferentes, pero que, al combinar sus culturas, su gente ha pasado de un choque a una unión que jamás ha sido separada, pues han transitado por diversas etapas y formas de pensamiento que ha servido para amalgamar lo que hoy somos: Mexicanos.
México en un país maravilloso, un encuentro de dos culturas la hispana y la indígena, la mezcla única, la que llamó José Vasconcelos “la raza cósmica”, somos una aleación de sangre de España y América, guerreros por antonomasia, de sangre que corre por las venas hirviente, efusiva, gallarda, animosa e invaluablemente combativa. No hay dos, como los mexicanos. Somos una combinación que nos llevó al mestizaje puro, con toda la carga genética que ello implica. Nos identificamos con muchos valores y que son de presumir.
Cuando América fue descubierta por los europeos, fue una maravillosa oportunidad de mostrar como dos culturas diferentes en todo, fue posible aprovechar la oportunidad de combinar experiencias, conocimientos y pensamientos disímbolos, y que, gracias a ello, trajo una nueva civilización y que quedó garantizada en el respeto las culturas de acá como de allá. Somos la raza mexicana, el mestizaje pues, con estas características, por cierto, muy nuestras y muy plurales, diversas y con mucho arraigo, eso si todavía.
Es por ello por lo que festejamos hasta la muerte. No nos importa el saber que moriremos porque hasta en ello nos detenemos en el festejo, la algarabía y aceptamos la buena muerte con agrado, y aun después seguimos haciendo culto y muy respetuosos de nuestros fieles difuntos. Somos raza, somos gente, somos respetuosos, pero somos valientes ante lo nuevo nada nos detiene le entramos como sea sin desistir ante lo inminente, sea bueno o sea malo con vehemencia y astucia nos mostramos, pero somos prudentes.
México y su gente, buscando en el espacio cósmico de esa unión de dos razas un día si y otro también, el éxito y es que, estamos designados a hacer grandes como país, pues no heredamos mediocridad sino entereza en lo que deparé la vida, somos oportunamente una raza indo-español que no sabemos decir que no, ante la adversidad, nos la pensamos una vez y le entramos al problema determinantemente con la frente en alto. Nos sacudimos las vicisitudes con facilidad y redoblamos esfuerzos para seguir en la refriega, y ello ha hecho que muchos sean reconocidos por ese valor característico del mexicano.
Lo que queda es hoy dia, es solo unirnos, no separarnos, pensemos que nuestro país que es y será grande, porque los mexicanos todos, somos así: fuertes, distinguidos, de corazón enorme, pero también aguerridos, competitivos y muy reconocidos; no es tiempo de mirar atrás, es momento de ver al frente, la hispanidad y la conquista tuvieron una importante etapa en la historia de la formación de este país; hoy el presente y el futuro de nosotros mismos, está por venir. Lo tenemos cerca hagamos lo posible siempre dentro de los deseable, y que viva la raza mexicana. ¡Sea pues!