Por Diego Martínez / @diegomtzsanchez
La probable y quizás indispensable elección de Javier Villacaña Jiménez como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y por ende de la posible coalición Va por Oaxaca, a la Presidencia de Oaxaca de Juárez, ha despertado diferentes emociones y reacciones tanto en la oposición como al interior de los tres partidos aliancistas.
Por una parte, la esperanza del PRI de recuperar la capital oaxaqueña y con ello el pulso del corazón político y económico del estado. Y por otra, la creciente preocupación de algunos sectores al interior del Revolucionario Institucional, porque sea Villacaña Jiménez quien logre esta difícil más no imposible tarea, lo que lo convertiría “en automático” en el principal contendiente a la gubernatura de Oaxaca.
Todo esto frente a un Morena fragmentado y confrontado entre su dirigencia estatal y nacional, al igual que con sus antiguos y nuevos aliados; aunado a la falta de resultados en el gobierno municipal que encabeza Oswaldo Garcia Jarquín, cuya mala gestión podría dejarlo fuera de la contienda interna y permitiría al experredista, expetista y actual morenista, Jesús Romero López, ser el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional para mantener la Verde Antequera dentro de la “cuarta transformación”.
En medio de esta pugna política, el nombramiento de Javier Villacaña podría ser el comienzo de un proyecto integral en donde las tres principales fuerzas opositoras se unirán en contra de la emergente pero aún incompetente, Morena, quien se separa de sus antiguos compañeros para demostrar que cuenta con lo que se necesita para gobernar Oaxaca o, comprobar que no logró convencer a los hombres y mujeres que le entregaron prácticamente todo, en el pasado proceso electoral.
¿Será Javier Villacaña quien reviva a un casi extinto PRI en Oaxaca? ¿Tendrá la capacidad de conciliar y acordar con Acción Nacional una candidatura de unidad? ¿Podrá cumplir las demandas del PRD o convencer a Nueva Alianza que apoye su proyecto? ¿El “fuego amigo” le permitirá volver a gobernar?
Hoy Villacaña Jiménez es el candidato a vencer y aunque la primera tarea es al interior de su partido y de la coalición Va por Oaxaca, incluso Morena sabe que de llegar, enfrentará un gran reto, por lo que deberán enviar un perfil más que adecuado para la contienda.
Sin duda sus más de 37 años de “experiencia” lo han forjado y enseñado que Oaxaca no es fácil de gobernar, y que en política nunca se debe confiar, no obstante, la exagerada seguridad que ha mostrado durante las últimas semanas, pareciera hacerle olvidar la gran influencia que aún mantiene Andrés Manuel López Obrador en la entidad y sobre todo en la capital, factor que podría ser más decisivo que cualquier candidato a la hora de votar.
Eso sin considerar el rechazo generalizado al Revolucionario Institucional y a todo lo que representa, estela que quizás el rescatable historial de Villacaña Jiménez pueda sortear. Ya que a pesar de los errores que ha cometido o las críticas que ha generado, su administración como Alcalde de Oaxaca de Juárez está lejos de ser la peor de las últimas cinco que ha tenido el municipio.
Oaxaca representa grandes intereses para el Presidente de México y por lo tanto, para Morena o cualquiera que busque congraciarse con el mandatario federal, por lo que la lucha por esta controversial, polarizada, saqueada y orgullosa tierra será brutal, siendo la capital uno de los principales objetivos a conquistar (o defender).
Y todo parece indicar que si el hoy gobernante partido Revolucionario Institucional quiere garantizar su subsistencia e influencia, su última esperanza recaerá en Javier Villacaña, siempre y cuando logre ganar la nominación de la coalición y el voto de la ciudadanía para ocupar por segunda ocasión, la presidencia de Oaxaca de Juárez.