Por Diego Martínez Sánchez

La derrota del PRI en Oaxaca a manos de la Cuarta Transformación es prácticamente inevitable o para algunos, un acuerdo pactado, sin embargo existen bastiones en donde Morena no tiene una victoria segura, aún con el apoyo del Presidente López Obrador.

Esto se debe a que los liderazgos locales han conseguido no solo el respaldo y la confianza de la ciudadanía, también una lealtad difícil de vencer. 

Este es el caso del Distrito local 23 con cabecera en San Pedro Mixtepec, en donde el Partido Revolucionario Institucional envió a sus mejores o quizás los únicos, contendientes capaces de recuperar la plaza. 

Se trata de Freddy Gil Pineda Gopar y su fiel aliado que fungirá como suplente, Bulmaro Sánchez, ambos Presidentes municipales con licencia, uno del propio San Pedro y el otro de Santos Reyes Nopala, tierra natal de Pineda Gopar. 

Con una controvertida trayectoria desde sus inicios como activista en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca donde cursó la licenciatura en Derecho, Pineda Gopar fue catalogado por las autoridades como un porro universitario, mientras que sus compañeros e incluso algunos profesores, lo veían como un líder nato dispuesto a todo por lograr sus objetivos. Actuando muchas veces al margen de la Ley, lo que le generó muchos problemas pero también le permitió hacer muchos “amigos”. 

Su ascenso en la vida pública es un tanto confusa, pero se sabe que tras concluir la universidad dejando su titulación pendiente, retornó a su natal Nopala en donde se dedicó a la gestión de proyectos sociales, logrando los resultados que le permitieron contender y ganar la Presidencia municipal de la tierra que lo vio nacer. Cargo que ha ocupado en dos ocasiones, logrando una votación sin margen de error. 

Como Alcalde llamó la atención de los reflectores nacionales e internacionales, con la creación de una Policía Comunitaria ante la creciente inseguridad en la región y la falta de herramientas para que la Policía municipal pudiera desempeñar las labores de seguridad. Y aunque fue disuelta poco después tras un acuerdo con el entonces gobernador Gabino Cué, con ello logró la certificación de los elementos de su corporación, así como mejores condiciones laborales con armamento y equipo de respuesta, convirtiéndolo en un referente opositor en toda la Costa.

Poco después se lanzó como candidato a la Diputación local por el extinto Distrito 19 bajo las siglas del Revolucionario Institucional, partido que le debe más de lo que muchos quieren aceptar.

Ya como miembro de la LXII Legislatura, Freddy Gil se unió al grupo de legisladores priistas que dirigidos por Alejandro Avilés, prácticamente sometieron al gobierno estatal recuperando Oaxaca para su partido. Al tiempo de construir una importante estructura político-electoral en toda la Costa.

Aprovechando las facultades y recursos que le confería su cargo, logró ganarse la confianza y el agradecimiento no solo de su distrito, sino de toda la Región, fortaleciendo su posición como líder político y ampliando su bastión. 

Incluso se enfrentó al gobierno federal emanado de su propio partido, con la toma de las oficinas de la Sedesol ante la falta de programas sociales para su gente. Conflicto que escaló hasta llegar con la extitular, Rosario Robles Berlanga, quien tras reclamar el acto al legislador priista, accedió a varias de sus demandas. 

Desde la tribuna sus participaciones no fueron menos polémicas, así sus acciones al interior del recinto legislativo, en donde llegó a enfrentarse a golpes con otro legislador.

Los hechos violentos también han sido una constante en su carrera política, desde enfrentamientos con escoltas de un empresario que golpearon al entonces Diputado local, hasta el vincularlo con homicidios, desapariciones y con el crimen organizado. Sin embargo ninguno de estos señalamientos ha sido probado ante las instancias judiciales. 

Y tampoco han afectado su aceptación ante la gente, hecho demostrado al ganar la Presidencia municipal de San Pedro Mixtepec en dos ocasiones consecutivas, siendo la más reciente en el proceso electoral del 2018, en el que Morena arrasó con prácticamente todos los puestos de elección popular, excepto en Mixtepec, donde sufrieron una de sus derrotas más significativas, ya que se definió en los Tribunales, dando el triunfo al ahora candidato a la Diputación local por el Distrito 23.   

La llegada de Freddy Gil a dicha candidatura no obedece solo a una aspiración política personal, es más un llamado de auxilio disfrazado de orden, por parte de su jefe político, Alejandro Avilés, quien tiene la encomienda de recuperar a toda costa el Congreso del Estado. 

Solicitud hecha directamente por el primer priista de Oaxaca, quien teme que sus objetivos políticos se vean truncados al continuar sometido a la voluntad de los legisladores de la Cuarta Transformación, quienes lejos de demostrar un ánimo de cambio y verdadera lucha contra la corrupción, ocuparon el chantaje y la extorsión como medio para enriquecerse de la noche a la mañana, vieja técnica de los partidos de “oposición”. 

Ahora será la ciudadanía la que decida a quién brindarle su voto, si tendrán una “confianza ciega” en el proyecto de López Obrador, o si dos años de incapacidad legislativa serán suficientes para permitir el regreso y la permanencia del PRI. En cualquier escenario, es un hecho que Freddy Gil no solo causa preocupación a Morena, a muchos incluso les infunde un profundo temor. 

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