La disputa al interior de Morena por la candidatura al gobierno del estado dejó una herida que no ha podido sanar e incluso se hace más profunda conforme avanza el proceso electoral.
Por un lado, el grupo “leal” -al menos por ahora- al Senador con licencia Salomón Jara Cruz, quien contenderá por segunda ocasión al primer cargo de elección del estado, tras la derrota que sufrió en el 2016 frente al entonces candidato del tricolor Alejandro Murat Hinojosa.
Sin embargo, gran parte de dicho fracaso fue resultado de traiciones por parte de quienes hoy se dicen sus aliados, como el Diputado Benjamín Robles Montoya, quien rompió la alianza en aquel proceso electoral lanzándose como candidato y fracturando el movimiento del Presidente Andrés Manuel López Obrador en Oaxaca, lo que permitió la llegada de la segunda administración muratista al estado.
A raíz de esto, el hoy Candidato a Gobernador por el Movimiento de Regeneración Nacional, dedicó los últimos cinco años a crear una estructura sólida que incluye desde líderes sociales, hasta Presidentes municipales, Diputados y hasta gobernadores, quienes hoy le brindan su total respaldo.
Pero por otro lado están todos aquellos que orquestaron y participaron directa o indirectamente en el descalabro del 2016, quienes a pesar de haber traicionado su propio movimiento siguieron viviendo de él, empleando cargos de elección popular o espacios en dependencias estatales y federales, ya con el triunfo del 2018.
También los que abandonaron su barco para unirse a uno con mayores velas, en donde se les permitió ocupar espacios que en teoría correspondían a la verdadera militancia, creando fuertes confrontaciones al interior de Morena. Y aunque todo eso parecía haber quedado en el pasado con la victoria del Presidente Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación, nada estaba más alejado de la realidad.
Y así lo ha demostrado el propio Candidato, quien -con justa razón- envió un mensaje a quienes hoy intentan colgarse de la marca Morena en busca de votos que podrán intercambiar por favores o impunidad: “No los necesitamos”. Palabras que hicieron eco tanto al interior como al exterior de la coalición “Juntos Hacemos Historia”.
Porque más allá de haber “ganado” la batalla en los tribunales electorales contra su homóloga Susana Harp, o haberse quedado con el control del partido a nivel estatal desplazando al incómodo Sesúl Bolaños e imponiendo a un incondicional; la verdadera guerra continúa al interior de Morena, en donde un grupo de legisladores locales y federales con aval de su dirigencia nacional, mantienen un frente de resistencia ante el aspirante a gobernador.
Lo que advierte una desbandada mayor a la que ya se está dando al interior del Movimiento de Regeneración Nacional en Oaxaca. Que si bien hoy mantiene una amplia ventaja en la preferencia electoral, podría -de continuar esta disputa- poner en riesgo su triunfo el próximo 5 de junio.
Aunado a la reciente fractura en el Congreso local, donde un grupo de legisladores afines a la Senadora Susana Harp han dejado el Grupo Parlamentario de Morena para formar uno propio.
Artículo publicado en nuestra Edición Especial: Elecciones 2022, Oaxaca.