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Algunos dicen que la democracia nunca será un gasto innecesario, por el contrario, es una inversión que busca garantizar la “libertad” de las sociedades. Sin embargo, el retorno de inversión pocas veces lo vale. 

NOTA DEL EDITOR 

Más de tres millones de oaxaqueños y oaxaqueñas votarán el próximo 5 de junio para elegir a la próxima gobernadora o gobernador del estado. Quien deberá liderar a un equipo de hombres y mujeres capaces, comprometidos pero sobre todo conscientes de los grandes retos que implica la gobernabilidad, el progreso y la estabilidad social en la entidad. 

Sin embargo, a unas pocas semanas de concluir la jornada de campañas, solo dos proyectos se han esforzado por llegar al electorado. Recorriendo las regiones, municipios y comunidades, en donde miles de ciudadanos les expresan su sentir, sus demandas y en algunos casos los reclamos por el olvido, la corrupción o la indiferencia gubernamental que permanece sexenio tras sexenio. 

La decisión no será fácil, menos cuando las opciones son tan limitadas, por lo que refrendamos nuestro compromiso para continuar informando y compartiendo con la ciudadanía, las propuestas, acciones y omisiones de las y los aspirantes a gobernar el estado que podría convertirse en el motor de desarrollo del sureste mexicano.

De igual forma reiteramos el llamado a la ciudadanía para que participe de manera activa en la toma de decisiones, cuestione, critiqué y ponga en duda las propuestas de los hombres y mujeres que le pedirán su voto para acceder no solo a un poder político y económico inconmensurable, también tendría en sus manos el destino de varias generaciones.

¿En dónde está el dinero? 

Algunos dicen que la democracia nunca será un gasto innecesario, por el contrario, es una inversión que busca garantizar la “libertad” de las sociedades. Sin embargo, el retorno de inversión pocas veces lo vale. 

Tal es el caso del proceso electoral que se vive en Oaxaca para renovar la gubernatura de la entidad, una de las más marginadas y rezagadas del país. Pese a contar con una basta riqueza natural, productiva e histórica. 

Pero la precaria situación que vive la entidad tiene explicación, se llaman corrupción e impunidad. Dos factores que han sido determinantes para mantener a más del 70% de la población en el umbral de la pobreza. Mientras unos cuantos acumulan millonarias fortunas al amparo del poder y el erario público. 

Y aunque normalmente esperan a llegar al poder para cometer sus fechorías, algunos consientes de las nulas posibilidades de verse favorecidos con el voto popular, optan por quedarse todo lo que puedan del proceso electoral, empleando diversos esquemas fraudulentos para “justificar” los gastos de campaña. Mientras que otros gastan incluso más de lo autorizado. 

En cualquier caso se incurre en graves faltas a la Ley, por lo que es de suma importancia preguntar ¿en dónde está el dinero que cada Candidato y Candidata recibió para el proceso electoral. 

Para los gastos de campaña de este año se destinaron $88,144,948.50 (ochenta y ocho millones ciento cuarenta y cuatro mil novecientos cuarenta y ocho pesos 50/100 M.N.), los cuales fueron distribuidos de la siguiente manera: 

Al Partido Acción Nacional (PAN) y su abanderada Natividad Díaz Jiménez les corresponden $6,601,316.22. 

Para el Revolucionario Institucional quien contiende con Alejandro Avilés Álvarez se destinaron $16,820,312.68, mientras que su aliado el Partido de la Revolución Democrática recibió $5,960,361.41 pesos. 

Nueva Alianza quien contiende solo en este proceso abanderando a Bersahín López, le corresponden $5,670,117.73 pesos. 

Por su parte, Movimiento Ciudadano fue acreedor a un presupuesto de $1,762,898.97 pesos. 

Para los candidatos independientes indígenas se etiquetó una partida de $1,762,898.97 pesos los cuales serán repartido de manera igualitaria entre los dos aspirantes. 

Dejando a la alianza Juntos Hacemos Historia y su candidato Salomón Jara Cruz con un amplio margen financiero ya que tan solo Morena percibió $31 millones 961 mil 358.34 pesos. Sumados a los $8,373,012.06 del Partido del Trabajo; los $5,990,595.14 del Verde Ecologista de México y los $5,004,975.95 de Unidad Popular. 

Estos recursos son adicionales al financiamiento ordinario que recibe cada instituto político, el cual supera los 176 millones de pesos entre todos. 

Sin embargo, a excepción de los Candidatos del PRI-PRD y Morena, el resto pareciera no haber invertido los recursos en presentar sus plataformas políticas, ni siquiera en preparar sus estructuras electorales o capacitaciones a sus abanderados, quienes pareciera solo fungen como simples espectadores en espera de cobrar su paga. 

Para dar mayor certeza y transparencia al uso de los recursos públicos destinados a los procesos electorales, es urgente que los órganos responsables informen con mayor frecuencia los balances generales y los reportes financieros que deben presentar los equipos de campaña. Porque a unas semanas del día de la votación, solo existen dos candidatos pero se les paga a siete. 

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