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Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.

-Victor Hugo 

Diego Martínez Sánchez

Es prácticamente imposible determinar un origen exacto, motivo, época o incluso gobierno, en el que la violencia se apoderó del país. Sin embargo, las razones de su imparable avance son simples: corrupción e impunidad. 

Porque más allá del poder económico o bélico con el que cuente el crimen organizado, sin la complicidad, apoyo, respaldo o protección desde las instituciones, no enfrentaríamos la crisis de inseguridad y violencia que se vive en cada rincón de México. 

Ejemplos de dicha relación hay muchos, desde “El Negro” Durazo hasta Genaro García Luna o el General Salvador Cienfuegos, son solo algunos de los funcionarios que emplearon el poder que les confería su cargo para actos ilegales. Pero ellos no son los únicos ni los más importantes. Es toda una red de abusos cometidos en contra de los sectores más desprotegidos y vulnerables, quienes siempre han sido las principales víctimas de la violencia e impunidad que gobiernan este país. 

Son sus derechos los que parecen ser inexistentes, ni siquiera el de defenderse o defender a su familia, sin temor a violar los derechos humanos de los criminales. 

Desde diciembre del 2018 hasta febrero de 2022, México había registrado más de 110,000 homicidios dolosos y más de 3,100 feminicidios.

Dichas cifras están cerca de los 123,000 homicidios dolosos registrados durante todo el gobierno de Enrique Peña Nieto. Superando las 102,000 muertes reportadas en el sexenio de Felipe Calderón, a quien se le ha responsabilizado por haber emprendido una guerra en contra de las células del narcotráfico. 

El pasado martes 24 de mayo, fue el día más violento del año con 118 homicidios dolosos, cifra que solo es superada por los 127 asesinatos cometidos el 1 de diciembre de 2019, en lo que ha sido catalogada como la jornada más violenta del sexenio. 

Al ser cuestionado sobre este escenario, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que aún existen las masacres en el país, pero ya no se cometen por parte del Estado, como era en la era neoliberal. 

“Es un proceso que lleva tiempo pero ya se están viendo los resultados, nos costó muchísimo detener el incremento en homicidios, la tendencia, pero afortunadamente ya hay una disminución”, aseguró el mandatario mexicano a pesar de la realidad que enfrentan millones de ciudadanos. 

Lee el artículo completo en la Revista POLIGRAFO, Política Gráfica Objetiva, de este mes de mayo.

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