“Debemos darle paz a niños, niñas y adolescentes”. 

  • Cerca de 30 mil menores abandonados viven en centros de asistencia social, advierten en el Senado. 
     

Senadores, especialistas, jueces, abogados, representantes de la sociedad y estudiantes de derecho manifestaron la necesidad de incluir en el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares un mecanismo que permita reducir los tiempos para la adopción de niñas, niños y adolescentes.  

Las senadoras Olga Sánchez Cordero y Josefina Vázquez Mota, presidentas de las comisiones de Justicia y de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia, respectivamente, coincidieron que debe haber una legislación que permita reducir los trámites concernientes al procedimiento de adopción. 

En el foro “El procedimiento de adopción a la luz de un Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares”, Sánchez Cordero señaló que el proceso de adopción demora meses e incluso años.  

“Por lo que, al escuchar a jueces, abogados y familias nos permitirá sensibilizarnos sobre la importancia de dar una segunda oportunidad”, pues la adopción es un acto de amor, que permite a quienes viven circunstancias de abandono, la oportunidad de escribir una nueva historia. 

Mencionó que, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, más de 150 millones de menores en el mundo necesitan un hogar; en México, abundó, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señalan que, en 2020, más de 30 mil menores vivían en centros de asistencia social. 

El procedimiento de adopción -agregó la senadora de Morena-, presenta situaciones que conllevan a hacer de este trámite angustioso y complicado para tantas familias como para los menores. 

Por lo que es imprescindible dotar de una legislación -y que mejor ahora que estamos construyendo el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares- que permita reducir los trámites concernientes al procedimiento de adopción. 

Porque hoy en día, la tardanza en las evaluaciones y la falta de homologación en cada entidad federativa, provocan que las instituciones se encuentren rebasadas en su capacidad, lo que genera atraso y saturación de expedientes. 

La senadora Josefina Vázquez Mota lamentó que en México el proceso de adopción aún es “heroico”, pues hay familias que tienen que esperar muchos años y prefieren hacerlo en otro país, pues en México es un trámite lento y engorroso.  

Lo cual, añadió, es lamentable debido a que en el país hay más de un millón de menores que perdieron el cuidado de sus padres por diversos factores como la violencia intrafamiliar, la explotación sexual, el narcotráfico y la orfandad. 

Estimó que en el país más de 30 mil infantes viven en orfanatos y albergues, además de que México es líder con infantes huérfanos por Covid-19 en el mundo, lo que nos plantea un reto mayor en materia de adopción, así como que el crimen organizado ha contribuido a tener más orfandad. 

Vázquez Mota expuso que en este foro se hace un llamado urgente, porque se está a unas cuantas semanas de que se resuelva este Código, por lo que el Senado realizará las modificaciones legales conducentes, para contar con un marco normativo único que es una de las exigencias en materia de adopción, para que se aplique en todo el país.  

Teófilo Abdo Kuri, Juez Séptimo de Proceso Oral en Materia Familiar, del Tribunal Superior de Justicia de la Cuidad de México, expresó que lo que realmente importa son las familias, la niñez mexicana y adolescentes del país, por lo que los operadores jurídicos deben actuar con sensibilidad, sencillez y humildad para resolver inmediatamente los procesos de adopción.  

Por lo que, si el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares está a punto de concretarse, se debe incluir un capitulo de adopción, así como otros capítulos que se necesiten para que la justicia familiar sea pronta, imparcial y objetiva, subrayó. 

Carlos Guzmán Bellinghausen, abogado del despacho Zinser Legal, propuso solicitar al familiar que busque tener la tutela del menor, que manifieste no haber cambiado el statu quo que privaba en la familia, ni impedir u obstaculizar el contacto y la convivencia, con el otro progenitor, a menos de que se trate de una situación de riesgo. 

Cuando haya procedimientos familiares más eficientes habrá una mejor sociedad, por lo que está en manos de los legisladores evitar que los niños crezcan con odio. “Debemos darle paz a niños, niñas y adolescentes”, enfatizó. 

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