- De acuerdo con la OMS, uno de cada cinco niñas y niños sufre abuso sexual antes de cumplir 17 años.
- México se posicionó como el primer país del mundo en abuso sexual a niñas y niños, señalando que el 90% de esos abusos son perpetrados al interior de los hogares y el entorno familiar, cuya cifra negra rebasa el 90%.
- Los niveles de impunidad en el país son de terror pues solo 1 de cada 100 casos que se denuncian lograr vincular a proceso a los responsables.
- Tanto Reinserta como JUCONI se han dado a la tarea de integrar y operar Modelos orientados a la protección de niñas, niños y adolescentes cuyas vidas han estado expuestas a la violencia.
Año tras año se conmemora el día Internacional para la Prevención del Abuso Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes y, la realidad sigue siendo terrorífica para miles de niñas y niños en México. Por ello, Reinserta como asociación civil que trabaja todos los días por reconstruir el tejido social implementando programas de atención psicosocial para esta población en contacto con la violencia y Fundación JUCONI México como una organización de la sociedad civil que trabaja para prevenir y sanar las heridas ocasionadas por la violencia familiar que afecta a niñas, niños, jóvenes y sus familias, quienes viven en condiciones de marginación social y extrema pobreza. nos sumamos para hacer un llamado a la conmemoración de este día y al involucramiento para promover acciones orientadas a la prevención de esta práctica tan dolorosa.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada cinco niñas y niños sufre abuso sexual antes de cumplir 17 años. En noviembre de 2021, México se posicionó como el primer país del mundo en violencia sexual a niñas y niños, señalando que el 90% de esos abusos son perpetrados al interior de los hogares y el entorno familiar. Año con año, las cifras no cesan, dejemos de lado la apatía ante el abuso sexual y la violencia perpetuada en nuestro país que acontece todos los días, convirtámonos en aliados de nuestras niñas y niños cuyas infancias son robadas.
Esta realidad se nutre de la enorme cifra negra, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de cada 1,000 casos de abuso sexual cometido en contra de niñas y niños, sólo 100 se denuncian y de estos 100, solo 10 llegan a judicializarse. De los 10 casos que llegan a instancias judiciales solo 1 caso recibe una sentencia condenatoria.
Los altos niveles de corrupción e impunidad de México en su Sistema de Justicia Penal y la falta de un Estado de Derecho son algunos de los mayores desencadenantes que permiten que nuestro país sea considerado como el segundo lugar a nivel mundial en turismo sexual infantil (tan solo después de Tailandia) y como el productor del 60% de la pornografía que se genera a nivel internacional. Seguimos ante un escenario que esto no es catalogado como prioridad en la agenda pública, esto debe de parar.
¿Cuántas historias de niñas y niños violentados necesitamos escuchar para dejar de ser indiferentes ante la realidad que atormentan y trastornan sus vidas? Ante esta dura realidad, tanto Reinserta como JUCONI, nos dimos a la tarea de integrar y operar Modelos orientados a la protección de niñas, niños adolescentes y sus familias cuyas vidas han estado expuestas a la violencia. En suma, ambas organizaciones acompañamos la transformación de estas vidas con espacios seguros, atención integral garantizando su desarrollo y bienestar.
Es por ello, que hacemos un llamado a las autoridades de todos los niveles a promover acciones orientadas a la sensibilización en la educación sexual y a la generación de programas para proteger a las y los niños y adolescentes, incluso dentro del hogar.
La protección y el cuidado de nuestras, niñas, niños y adolescentes no es labor exclusiva de la autoridad. Por ello, como organizaciones de la Sociedad Civil Organizada tendemos una mano con la experiencia y el trabajo continuo para exponer las buenas prácticas que salvaguarden los derechos de nuestra infancia y adolescencia. Nuestro único objetivo es generar ambientes libres de violencia.
Las historias de nuestras niñas y niños no son cifras para mostrar la incidencia delictiva, necesitamos escucharles para proponer alternativas que prevengan y sanciones a todas aquellas personas que perpetúan la violencia y degradan su futuro, es urgente colocar a la infancia y a la adolescencia como prioridad para reconstruir a nuestro país.