Expresiones, por Pablo Ramírez Puga
Con eso de que el canto de la 4T es el combate a la corrupción y acabar con las mañas del pasado, uno se tiene que poner a justipreciar las tendencias políticas, que no son más que eso, tendencias que se acomodan a las circunstancias de la vida pública.
Así, nuestro país ha pasado por diversas etapas en las que ha transitado por momentos álgidos, sublimes y hasta heroicos, pero también bajo la recurrencia de los mismos actos que el ejercicio del poder incita en quienes tienen el mandato legal o circunstancial para ejercerlos.
De esa forma el ejercicio del poder ha estado sujeto a conductas, en donde la moral y la ética, flotan y se dejan llevar por el momento político que se vive. Así la 4T, se ubica en el papel de un supuesto y férreo combate a la corrupción en el ejercicio del poder en todos sentidos y niveles, llenando su corral de esos entes denominados “chivos expiatorios” que, algunas veces, blanquean la moral política, pero que siempre dejan resabios e injusticias, como las que recientemente vivió Rosario Robles o está viviendo Genaro García Luna y Felipe Calderón.
Dice bien en su Enciclopedia de la Política, Rodrigo Borja, sobre la corrupción y la moral pública, a la que considera como: “La falta de una exacta valoración ética de las acciones humanas en la vida pública”. Enfatizando que “no sé dónde ha surgido el criterio, por desgracia muy generalizado, de que la actividad política está exenta o debe estarlo, de limitaciones morales”. Siendo así, “el divorcio de la moral y la política es lo que ha causado mucho daño a las sociedades”, llegando actualmente a los extremos cínicos de considerar a la moral como “un árbol que da moras”, cuando, dice Borja: “Si hay una acción humana que, por su trascendencia social, debe estar rigurosamente sometida a la moral, esa es la política. Todas las acciones humanas deben estarlo. Pero con mayor razón la de conducir los destinos de los pueblos”.
Y en la verborrea pública de ahora, se dice y supuestamente se está consciente de ello, pero los hechos demuestran lo contrario.
Si bien, el combate a la corrupción que disemina el presidente Andrés Manuel López Obrador, parece ser seria, existen muchos renglones torcidos en su ejecución y alcance.
¿Acaso no es corrupción el proteger y ensalzar el comportamiento como gobernador de Alejandro Murat, cuando su gestión dejó mucho que desear y que ahora el Congreso le señala irregularidades por mil 169 mdp en su quinto año de gobierno? ¿Acaso el gobierno de Gabino Cué fue incólume, tanto, que varios de sus indiciados hoy forman parte del gabinete de Salomón Jara? Y si nos vamos más para atrás, ¿Los gobiernos de Ulises Ruiz y José Murat estuvieron safos de corrupción?
Y no se diga a nivel federal, ahora que enjuician al gobierno de Felipe Calderón y al de Vicente Fox, ¿También irán contra el gobierno de Enrique Peña Nieto? Pero la cosa no para ahí, el gobierno de la 4T, también tiene sus propias paradojas, como sería la protección que AMLO brindó a Manuel Bartlett, a Napoleón Gómez Urrutia, el caso del enriquecimiento inexplicable de sus hijos y los “moches” que recibió su hermano Pío como supuestas “aportaciones” a Morena; los antecedentes y relación del ahora gobernador Alfonso Durazo con García Luna, la protección a su comunicador Jesús Ramírez y a Ana Guevara en su enriquecimiento inexplicable y mal uso de recursos públicos, la protección a René Bejarano, el supuesto saludo de cortesía con la mamá de El Chapo Guzmán, en fin, pareciera, como bien señala Rodrigo Borja, que la política debiera estar exenta o debe estarlo de limitaciones morales, como aquel apotegma político de que el fin justifica los medios o el descarado concepto del Gral. Álvaro Obregón en donde justificaba su “que tanto es tantito” al reconocer : “Aquí todos somos un poco ladrones. Pero yo no tengo más que una mano, mientras mis adversarios tienen dos”.
Pareciera que el hombre que moraliza es casi siempre un hipócrita y ese, precisamente, es lo que evidencia a la 4T e identifica a toda esa parafernalia política en la que hoy estamos inmersos…
RECORTES:
.- MUCHAS COSAS HA ANUNCIADO EL PRESIDENTE AMLO para su próxima visita a Oaxaca para el 21 de Marzo… No sólo rendirá homenaje a Benito Juárez en Guelatao, también vera el avance y los acuerdos entre San Vicente y Villa Sola de Vega en torno a la supercarretera a la Costa; también se hará acompañar del funcionario estadounidense John Kerry y algunos diputados y senadores de ese país en su periplo por el trazo del Tren Transístmico en donde se instalarán 10 parques industriales en la región y en donde seguramente se encontrarán con los campesinos inconformes por el desarrollo…
.- CONTUNDENTE LA MARCHA “EL INE NO SE TOCA” DE ESTE DOMINGO, la cual también se llevó a cabo en Oaxaca con buena participación ciudadana y en 100 ciudades más de la república mexicana, incluyendo la CDMX… Con ello, AMLO ha empezado a sentir calambres y escozor en su 4T rumbo al 2024… ¿Tendrá a la mano su Vitacilina?…
.- QUE BIEN QUE LA SECRETARÍA DE GOBIERNO se animó a desenmascarar a la triqui Lorena Merino, una vividora de la ignorancia de su raza, quien se había acostumbrada a ser mantenida por el Gobierno del Estado… La SEGO la exhibió restregándole que ha sido apoyada en alimentación y alojamiento, además de resolverle todas sus demandas, por lo que sus protestas no tienen justificación… Hay comprobantes de ello y ante eso la oportunista líder triqui empieza a recular…
.- Y EMPIEZA LA DEBACLE… La Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Perú está evaluando declarar persona no grata al presidente Andrés Manuel López Obrador y de paso el gobierno peruano ya retiró a su embajador de nuestro país…
.- Vox clamantis.