Por Juan Carlos Hernández Ascencio
Vivimos en un mundo dinámico, turbulento e incluso caótico, casi nadie puede afirmar las cosas que pasarán dentro de 10 años, por eso es necesario el cambio hacia la perfección y en encontrar las oportunidades para superar lo que se nos presente como objetivo o quizá como meta. Como sea, tenemos que entrarle, sí o sí.
La condición humana viene con la naturaleza caída, pero se puede ser perfecto como y tanto y cuanto se desee serlo, qué gran reto; igual que ser oportunos cuando se presente la ocasión, qué dilema. Perfección y oportunidad no son lo mismo, sin embargo, van de la mano en el crecimiento personal y profesional de cada ser humano. Invariablemente ambos se conjugan para proyectar competitividad.
Hoy día tenemos un mundo que ofrece cada vez más retos en todo sentido: en el pensar, en el actuar y en el crear; nada es perfecto, pero si perfectible y en ello va la oportunidad de hacer lo posible por mejorar cada momento, es entonces que debemos impregnar con nuestra actitud, motivación, talento y cualquier tipo de recursos adecuados son necesarios para ejecutar de manera eficaz las actividades asignadas.
Es menester, sin embargo, ser medidos, porque si trazamos metas demasiadas altas podemos caer en la desesperación, por no lograrlas y ante ello la perfección y la oportunidad se verán afectadas, es decir midamos que tanto y en qué tiempo y herramientas del conocimiento podremos lograr el acometido de hacer lo propuesto, pues se logra lo que desea en forma de refuerzo no solo en deseo.
Establecer una visión común y alinear los esfuerzos y las cosas se irán dando, pues lo importante es ser uno, tener ambiciones, aspiraciones, dedicación y así cada uno encontrará su propio camino. No obstante, se tiene que continuar desarrollando, conociendo y practicando los principios aportados por la experiencia, como también confiar en sí mismo y asumir los retos con responsabilidad.
La perfección va generando compromiso y talento en las personas, y en el camino de la vida personal como profesional cuando se presentan las oportunidades se aprovechan con singular facilidad y regularmente de esa condición surgen liderazgos con mayor facilidad para dirigir a otras personas que buscan igual superación personal y ser incluidas en un proyecto, en un equipo de trabajo.
Para ser mejor es menester la capacitación constante, no leer mucho, antes bien, leer bueno. Estudiar a las y los mejores, preguntarse el porqué de las cosas y los pros y contras de sus decisiones, eso es definir que la oportunidad que se presente será acogida con mejores parámetros de decisión. No romper la armonía, ser conciliador, no romper los roles de y con nuestros semejantes, reconocer a todos y generar la mejor relación será sin duda como tendremos ambas cosas: perfección y oportunidad.
En definitivo aspirar al perfeccionamiento en lo que hagamos nos llevará al autocontrol y autoconocimiento por lo tanto a nuestra propia integridad como personas generando fe en nosotros mismos y sobre todo en los demás que son personas que interactúan cada día, también con nosotros, en busca de tratar de ser perfectos y aprovechar la oportunidad. ¡Hágale pues!
El autor es Master en Gestión Social y Políticas Públicas.