AP.- En Francia, miles salieron este sábado a las calles para denunciar un proyecto de ley sobre seguridad, considerado como una mordaza para la libertad de expresión. Todo esto en medio de un nuevo caso de violencia policial.
La protesta en la capital francesa, la segunda en una semana, ha partido de la céntrica Plaza de la República hacia la de Bastilla. Ha sido la más multitudinaria de todas las marchas que se han producido, con 46.000 personas. Otros miles de ciudadanos han participado en manifestaciones similares en localidades como Lille, Montpellier o Burdeos.
El llamamiento ha si impulsado por sindicatos, asociaciones de prensa, organizaciones de defensa de los derechos humanos y hasta por los “chalecos amarillos”, en una nota conjunta donde advirtió que, de seguir adelante, Francia corre el riesgo de integrar la lista de países que violan la libertad de la prensa.
En el punto de mira de esa proposición de ley, aprobada esta semana en primera lectura por la Asamblea Nacional antes de proseguir en enero su tramitación en el Senado, está el artículo 24, que sanciona con hasta un año de cárcel y 45.000 euros de multa el difundir imágenes de los agentes con la intención de dañarlos.
“Impulsa una impunidad policial que ya está bastante presente con un Gobierno al que no le importan los medios para conseguir su objetivo de restablecer el orden”, declaró a EFE Dominic Leroy, técnico audiovisual y “chaleco amarillo” que ha participado en la protesta parisina.
En el centro de las protestas figuran tres artículos del proyecto de ley Seguridad global que recibió la luz verde de la Asamblea Nacional la semana pasada, y que enmarca la difusión de la imagen de la policía, el uso de drones así como imágenes tomadas por ciudadanos con sus teléfonos móviles de las fuerzas del orden.
Miles de personas desfilaron por la mañana, en calma, en ciudades como Lille (norte) y Montpellier (sureste). En París, cientos de manifestantes comenzaron a congregarse a las 14H (13H00 GMT) en la plaza de la República, desde donde marcharon a lo largo de poco más de 2 kilómetros hasta la plaza de la Bastilla, en donde momentos más tarde iniciaron los altercados.
Con destrozo de material urbano por parte de algunos encapuchados y lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la policía para intentar contenerlos.
Las fuerzas de seguridad emplearon cañones de agua contra los congregados, consiguiendo apoderarse gradualmente de más de la mitad de la plaza, según informa varios diarios franceses. Este método de dispersión también fue utilizado en Lyon. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha denunciado en Twitter que 37 policías y gendarmes han resultado heridos durante estas manifestaciones.
En total, 46 personas han sido detenidas en París, según la Prefactura de Policía, y otras cuatro en Lyon, según informa ‘Le Monde’.
Policías golpean a productor de música negro
El jueves, unas cámaras de seguridad mostraron la paliza que tres policías propinaron a un productor de música negro.
La prensa, las redes sociales y algunos deportistas de renombre internacional denunciaron la violencia policial.
“Imágenes que nos dan vergüenza”, denunció el viernes por la noche Macron, que encargó al Gobierno le presentara “rápidamente propuestas” para “luchar con más eficacia contra todas las discriminaciones”.
El mismo día que se publicaron las imágenes encargó al titular de Interior, Gérald Darmanin, uno de los ministros más importantes de su Gobierno, que impusiera sanciones muy claras para los policías acusados.
Ante la indignación provocada por el artículo 24, el primer ministro, Jean Castex, trató de buscar una salida con la creación de una “comisión independiente encargada de proponer una nueva redacción“, pero la iniciativa ha enfadado a los parlamentarios de todo el espectro que han visto una forma de “menosprecio”.
La coordinación de las protestas reclama “la retirada de los artículos 21, 22 y 24” del proyecto de ley y la “retirada del nuevo esquema nacional de mantenimiento del orden” publicado en septiembre, que durante las manifestaciones obliga a los periodistas a dispersarse cuando las fuerzas del orden den la orden, impidiéndoles cubrir el desarrollo de los acontecimientos, a menudo turbulentos en los últimos tiempos.
Prensa denuncia vulneración de derechos
El artículo 24 — que ha centrado la atención – castiga con un año de cárcel y hasta 45 mil euros (54 mil dólares) de multa la difusión “malintencionada” de imágenes de las fuerzas del orden.
El Gobierno asegura que esta disposición pretende proteger a la policía de llamados al odio y a muerte en las redes sociales, con revelaciones de detalles sobre su vida privada.
Pero los críticos sostienen que muchos casos de violencia policial quedarían impunes si no hubieran sido grabados por las cámaras de periodistas o por los teléfonos de los ciudadanos.
También alegan que es una disposición inútil, ya que el arsenal jurídico actual es suficiente para reprimir estos delitos y que el derecho francés “sanciona los actos, no las intenciones”.
Dos casos de violencia policial esta semana han atizado el debate transformando una decisión política en una auténtica crisis en el ejecutivo de Emmanuel Macron.
El lunes pasado, durante una operación mediática de organizaciones promigrantes, la policía evacuó brutalmente a los que se habían instalado en una plaza del centro de París, y zarandearon a los periodistas bajo el foco de las cámaras y de los smartphones.
La prensa francesa y extranjera han denunciado una “deriva de seguridad”, y la “vulneración de los derechos”. Entre las voces críticas, la defensora de los derechos humanos, los relatores de derechos humanos de la ONU. El debate ha llegado al Parlamento Europeo.