Por Diego Martínez Sánchez @diegomtzsanchez
Lo que prometió ser la Esperanza de México no ha sido más que la desilusión de todo un país, incluso de quienes nunca creyeron en Morena.
Sin duda podríamos criticar muchas decisiones que han tomado como partido, pero una de las más cuestionables, es la designación de Felix Salgado Macedonio como precandidato a Gobernador de Guerrero a pesar de las tres denuncias en su contra por acoso y abuso sexual.
Y aunque en nuestro país existe la presunción de inocencia -al menos para políticos, funcionarios y varios empresarios- no se puede ignorar la incongruencia ente los supuestos valores partidistas y la postulación de una persona con tres investigaciones por violación.
Incluso al interior de Morena existe un gran descontento por esta designación, cuestionada en todos los niveles del sistema político mexicano, pero amparada bajo el perdón Presidencial.
Y es que fue el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador quien defendió y justificó a su compañero de partido, reduciendo las denuncias a una simple guerra electoral.
Lo que permitió no de manera ilegal, pero sí amoral, que el Comité Directivo Nacional, encabezado por Mario Delgado, avalara el registro de Salgado Macedonio.
Probablemente la candidatura de Felix Salgado se apruebe y sea el contendiente de Morena por la gubernatura de uno de los estados con mayores indices de violencia e inseguridad, así como uno de los principales destinos turísticos del país.
De acuerdo a varias casas encuestadoras, independientemente del candidato o candidato que abandere la propuesta, Morena sería la ganadora en el próximo proceso electoral.
Por lo que será decisión y responsabilidad tanto de los militantes y simpatizantes de este instituto político como de la ciudadanía, el ratificar el apoyo a este proyecto o, enviar un mensaje a la dirigencia de Morena dejando en claro que no permitirán imposiciones ni una traición al movimiento y al cambio que dice enarbolar.