Por Horacio Corro Espinosa

¿Con quién no se habrá peleado López Obrador?  La semana pasada se fue contra los trabajadores de la salud.

Dijo que “los médicos únicamente buscan enriquecerse”, pues están “a favor del mercantilismo”.

La cosa es que López Obrador agarró parejo, no hizo distinción entre unos y otros.  A veces, como dice el dicho popular: pagan justos por pecadores. Pero no hay ninguna duda, siempre hay médicos sin ética y poco profesionales que buscan hacer dinero a como dé lugar.

Les voy a poner algunos ejemplos de lo que sucede en la ciudad de Huajuapan de León. En el fraccionamiento Jardines del Sur se ubican la mayoría de clínicas privadas y médicos en general. Allí están algunos cirujanos que aspiran a vivir bien sin ser excelentes profesionales ni seres humanos. Allí, los médicos no quieren pertenecer a la clase jodida como muchos de los que llegan a esas clínicas, a falta de servicios por parte del gobierno Federal y estatal.

Los médicos propietarios de esas clínicas privadas, que por cierto, ninguna autoridad, llámese municipal, estatal o federal, los ha regulado o vigilado en sus actividades, de lo contrario no abusarían con sus altos precios.

Par empezar, en ninguno de esos lugares dan facturas. Lo más aproximado es una nota de remisión sin que se especifique lo que están cobrando. Tampoco hay una descripción de las medicinas o de los servicios hospitalarios que ofrecieron. Si se paga con tarjeta, aumentan una comisión, ya que siempre prefieren los pagos en efectivo.

La mayoría de las personas que acude a atención, inmediatamente son remitidas a cirugía y casi no hay escape para nadie. Muchas se dejan llevar por la primera sugerencia médica. 

Los alimentos que les dan a los enfermos, los cobran como si fueran de un restaurante de lujo y sólo les dan frutas y consomés. 

Por ningún motivo permiten el ingreso de algún médico externo para valorar al paciente. Si se requieren análisis clínicos, deben hacerse allí mismo, en sus propios laboratorios, de lo contrario, no tendrán validez ante los ojos de los médicos de la clínica.

Si piden medicinas, se tienen que comprar en la farmacia del lugar, porque si se compran en alguna farmacia exterior, no se permiten ingresarlas.

Lo peor es cuando te quieres llevar a tu familiar a otro lugar, sano o enfermo. Primero tienes que pagar, de lo contrario, no sale nadie del edificio. Eso ha obligado a muchas personas de la región mixteca a vender sus animales, terrenos, pedir prestado, etcétera, con el fin de recuperar a su familiar “secuestrado” por los médicos.

Estos galenos sin escrúpulos, sin ética profesional, ven a la enfermedad como un verdadero negocio, como verdaderos mercantilistas de la enfermedad, dijera López Obrador.

La paciente que tuvo su bebé y falleció antier en la ciudad de Oaxaca, fue atendida en el Centro de especialidades de Jardines del Sur, el mismo sitio donde llegó el primer paciente de Covid-19 del estado de Puebla.

Después de la muerte de ese señor, el edificio jamás se desinfectó. La presidenta municipal Juanita Cruz ni el Síndico municipal,  David Crespo de la Concha, le exigieron a la clínica que por lo menos trapearan con jabón el piso. En cambio, las autoridades de la población del estado de puebla, donde se pretendía enterrar al primer infectado, cerraron la carretera para que la caja mortuoria no pudiera ingresar.

Aseguran algunos familiares de los pacientes que han sido atendidos en esa Clínica, que después resultaron ser portadores del Covid-19.   

Así las cosas en Huajuapan. Por cierto, hay un hospital que está hasta el fondo de Jardines del Sur, donde en la caja recaudadora de billetes, había un cartoncito que decía: “Se reciben coches, terrenos y casas, menos del Infonavit”.

¿Habrá alguna autoridad que pueda supervisar a todos y cada uno de esos negociadores de las enfermedades?  Cofepris, por ejemplo.

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