* A pesar de estar consagrada constitucionalmente la plena igualdad entre hombres y mujeres y de haber firmado los tratados internacionales en la materia, la reforma laboral mantiene en México la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, de tal manera que en el Nuevo Sistema de Justicia Laboral nacional persiste la injusticia salarial femenina.
* Hasta septiembre de 2020, una mujer que trabajaba en la formalidad ganó, en promedio, 42% más que una mujer ocupada en la informalidad, pero 13% menos que un hombre en el sector formal. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), ha habido una variación poco considerable entre los ingresos de las mujeres y los hombres.
Participar en el taller para periodistas “Comunicación y Justicia”, que organiza el Poder Judicial de Oaxaca, a través de la Escuela Judicial Oaxaca y la Coordinación de Comunicación Social del Tribunal Superior de Justicia, nos dio oportunidad de disipar algunas dudas y generar algunas otras en torno del Nuevo Sistema de Justicia en Materia Laboral en México.
Sin pretender dejar de reconocer la importancia del taller, impulsado por el magistrado Eduardo Pinacho Sánchez, Héctor Humberto Vázquez Quevedo y Mariana Wade Galván, no podemos dejar de ser críticos propositivos, no aguafiestas, y llamar la atención sobre el hecho que la reforma laboral del Nuevo Sistema de Justicia Laboral finalmente quedó “coja”.
A pesar de estar consagrada constitucionalmente la plena igualdad entre hombres y mujeres y de haber firmado los tratados internacionales en la materia, la reforma laboral mantiene en México la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, de tal manera que en el Nuevo Sistema de Justicia Laboral nacional persiste la injusticia salarial femenina.
El ponente admitió que la reforma laboral representa un parteaguas en materia de procedimientos de impartición de justicia laboral, para hacerlos más ágiles y eficaces, y dar certeza a los trabajadores y patrones, sin embargo, las mujeres, lamentablemente, siguen estando en situación de desigualdad en la percepción de salarios por un mismo trabajo realizado.
Ello implica la exigencia de adecuación legislativa que, aunque establecida, no se refleja en la actividad laboral; igualdad que deben garantizar por razón de género en la percepción de salario, las instituciones involucradas en la reforma y las que ya existen como la Secretaría del Trabajo, Coordinación para la Inspección del Trabajo y las Procuradurías del Trabajo.
En México las mujeres ganan, en promedio, menos que los hombres. Sin embargo, esas diferencias son menores para las mujeres con mayor preparación y mejores condiciones laborales. Desde 2017 y hasta antes del inicio de la pandemia por la Covid-19, las mujeres ganaban, en promedio, 85 pesos por cada 100 pesos de los hombres, 15 pesos menos.
Ciertamente, las mujeres con mayor preparación escolar enfrentan una menor brecha salarial. En 2019, las trabajadoras con solo la primaria completa ganaron 23% menos que los hombres. Los sectores de comercio, manufactura y servicios enfrentan las mayores brechas salariales, los cuales, además, emplean al 95% de las mujeres ocupadas en México.
Hasta septiembre de 2020, una mujer que trabajaba en la formalidad ganó, en promedio, 42% más que una mujer ocupada en la informalidad, pero 13% menos que un hombre en el sector formal, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), ha habido una variación poco considerable entre los ingresos percibidos por una mujer y un hombre.
La amplia y docta exposición del Maestro Víctor Alberto Quiroz Arellanes, presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, versó fundamentalmente la parte procesal del Nuevo Sistema de Justicia en Materia Laboral, sin embargo, no abordó las razones comerciales continentales que obligaron a las reformas constitucionales para su implementación.
Y es, precisamente, en este sentido, a nuestro juicio, el que entraña una serie de factores que pudieran frenar y poner en riesgo el éxito del Nuevo Sistema de Justicia en Materia Laboral como ha ocurrido con el controvertido Nuevo Sistema de Justicia Penal Adversarial, a través de los Juicios Orales, ajenos a nuestra idiosincrasia y tradición jurídica.
No debemos perder de vista que aun cuando, a querer o no, guste o no, nuestro país y estado están inmersos en la globalización, los dos Nuevos Sistemas de Justicia Penal y Laboral son finalmente una imposición del imperio norteamericano, a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC.
De manera especial, el mayor riesgo lo representa, sin duda alguna, la escandalosa corrupción que cuenta con amplias redes de complicidad que han conformado verdaderas mafias en el Poder Judicial Federal y Estatal, así como en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje Federal y Local, así como la pública y notoria improvisación por la falta de capacitación.
Para nadie es desconocido que en la procuración y administración de justicia penal y laboral proliferan mafias familiares y de los Ministerios Públicos, jueces, magistrados y ministros con abogados litigantes, como de manera reiterada hemos denunciado, a través de esta columna, como en el caso de los asesinos de la hermana y tía del periodista Edgar Leyva.
Además de 60 periodistas oaxaqueños y de otras entidades federativas participaron servidores públicos de la Dirección de Derechos Humanos del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, del Centro de Justicia Alternativa Oaxaca, y del Poder Judicial del Estado de Tabasco, de Colima, de Chihuahua, de Veracruz y de Baja California Sur.
Los representantes de los medios de comunicación, locales y nacionales, ampliaron sus conocimientos sobre el Proceso Penal, tema impartido el pasado lunes de manera virtual, vía Zoom, por el Maestro Manlio Rigoberto Hernández Domínguez, quien explicó las etapas del procedimiento penal, de Investigación, Intermedia y Juicio que concluye con la sentencia.
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