Por Juan Carlos Hernández Ascencio

Levantar la mano, es una costumbre asidua en la escuela para preguntar, en los foros para discutir y en la palestra pública para opinar. No cabe duda de que este país necesita más que hacer una lista de buenas intenciones, de hecho, de bien intencionados están llenos los cementerios, un día sí y otro también. 

Es tiempo de levantar la mano, de hacer presencia, de enrolarse a un grupo de personas que quieren progresar en este país, que desean salir de donde están. Las aspiraciones son válidas y loables cuando definimos defender una causa buena, que representa los intereses individual y colectivos a la vez.

La inclinación a hacer el buen trabajo está por encima de nuestra apatía, empero hay quienes aún con precariedad intelectual, de voluntad y a veces hasta de actitud, hacen lo posible por buscar su propio bien y eso, es loable.

Nadie da lo que no tiene, lo que poseemos en verdad son más cualidades que defectos así entonces podremos tomar decisiones y mostrarnos al de enfrente al otro en aras de buscar las coincidencias y no las diferencias.

Este país está ávido de personas que propongan, que deliberen en bien de lo común, que proyecten seguridad en la acción, personas que busquen en la humildad ser ejemplo de otros.

Hay que sobrevivir en las vicisitudes que tenemos hoy día, no claudicar, no desistir, el que busca encuentra, el que propone dispone y logra. Hay mucho por hacer y en ello está la de levantar la mano, hacerse notar sin detrimento de los demás, hacer que lo que nos falta se logre auspiciar en la inteligencia de que somos lo que decimos, lo que hacemos, lo que leemos en el día a día, buscando la perfección.

Hay que levantarse de dónde estemos y levantar la mano, sin otro motivo más que de hacer presencia y con ello analizar la situación, identificar las posibles soluciones, elegir la decisión que no tenga consecuencias negativas para nadie y buscar mayor y mejor información.

Sin menoscabo de que hasta hoy se ha logrado en el país, debemos buscar la interferencia pública, privada de las instituciones que están para garantizar el estado de derecho. Necesitamos actuar en reciprocidad, justicia y cooperación, entorno a un comportamiento y compromiso social.

Determinar la calidad de vida también implica ser privilegiados en las mismas condiciones, aunque no sea igualitaria, pues dependerá la situación de pobreza, de educación y superación profesional de cada individuo, pues así cada quien tiene y obtiene lo que a razón de su esfuerzo y dedicación le convenga y por lo tanto le retribuya en el justo medio.

El deseo del desempeño de los mexicanos estriba en el cabal cumplimiento de la ley, la legalidad debe ser el ancla de partida, el impulso para crear, constancia y tenacidad para lograr. 

Levantemos la mano y hay que reconocer lo que nos falta por hacer. Amparados en los artículos 4, 5, 6 y 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Así de simple. Cuyos artículos son definitivamente los que protegen a cabalidad lo que cada mexicano necesita para impulsar y activar según sus propios intereses lo que a bien convenga hacer.

Levantar la mano y decir presente; hoy día México requiere de esfuerzos compartidos, empero pareciera que no los hay. Unamos talento y desarrollemos lo que mejor resultado nos deje con miras de largo alcance. No dejar pasar y no dejar de hacer, dialoguemos pues. Hágale pues.

About The Author

Deja un comentario