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Hablemos de política por Diego Martínez (@diegomtzsanchez

El proceso interno para definir a las y los candidatos al Senado bajo las siglas de Morena, se ha convertido en un proceso de elección adelantado, no sólo ante la creciente influencia morenista y sobre todo obradorista, en el electorado; también por la ausencia de una oposición que ofrezca una opción de cambio. 

Por un lado, la postura del llamado Frente Amplio por México, ahora conocido como la coalición “Fuerza y Corazón por México” que integran a nivel nacional el PRI, PAN y PRD, para no contender en alianza por la Senaduría y otros cargos de elección popular en Oaxaca. Esto ante la injerencia y manipulación del exgobernador José Murat Casab al interior de dicha agrupación, la cual es cada vez más evidente y complica las negociaciones para concretar un acuerdo electoral.

Sin embargo, tanto Acción Nacional como el PRD son conscientes que no tendrían oportunidad si deciden participar solos y, aunque el Revolucionario Institucional podría intentarlo, tras la desarticulación de su estructura y la desbandada de militancia que enfrenta en estos momentos; sus posibilidades se reducen considerablemente. Por ello, lo mejor sería mantener la unidad para recuperar al menos, la primera minoría que les “arrebató” su antiguo aliado. Pero quizás las verdaderas intenciones sean otras.

La situación tampoco pinta muy bien en Movimiento Ciudadano, donde están reclutando cuadros de otros partidos pero no precisamente los mejores; lo que podría no favorecer el proyecto que encabezaría la exdiputada panista Martha Patricia Campos y el expriista, Óscar Toral Ríos. 

Al de por sí complejo escenario político oaxaqueño, se suma la “división” de los partidos oficialistas: Morena, PT y el camaleónico Partido Verde; quienes contenderán de manera independiente buscando ocupar los tres escaños en el Senado. Por lo que Morena deberá defender los dos que hoy ocupa. 

La primera fórmula será encabezada por un hombre y la segunda por una mujer, según lo informó el presidente nacional de Morena, Mario Delgado. Ambos electos por medio de encuestas, al menos así lo plantea su proceso interno. 

Según algunas casas encuestadoras que han realizado sondeos, como RUBRUM; el Diputado Federal, Daniel Gutiérrez y el exsecretario de Administración, Antonino Morales, son los dos aspirantes con mayor presencia entre la ciudadanía, mientras que la hoy Senadora Susana Harp sería la más competitiva, seguida de la legisladora Irma Juan Carlos y la exdiputada Laura Estrada Mauro.

De confirmarse dichas tendencias, las combinaciones para las candidaturas podrían salir de esta lista. Sin descartar claro, a otros y otras aspirantes. Y por supuesto, el respaldo cupular.

Por otro lado, el Partido del Trabajo deberá superar su conflicto interno si quiere contender por un escaño propio, ya que si bien el Diputado Federal, Benjamín Robles Montoya, es conocido en todo el estado, deberán poder traducirlo en votos. Por lo que necesitará sumar y curar las heridas que está provocando la escisión de Lenin López Nelio, quien también aspira al Senado. 

En el Partido Verde, que administra Raúl Bolaños Cacho Cué, obediente y cercano colaborador de los exgobernadores José y Alejandro Murat, quienes buscan colarse a las filas de la “Cuarta Transformación”; pareciera que están esperando indicaciones para poder decidir si el Senador Cacho Cué buscará la reelección o si cederá el espacio ya sea al exgobernador, a su esposa o algún expriista de renombre.  

Y aunque teniendo como referencia la votación histórica se podría creer que el PT tiene mayores posibilidades de ganar que el Partido Verde, la desesperación por la búsqueda de protección federal ante el desmedido saqueo del pasado sexenio, podría ser razón suficiente para buscar ganar espacios a toda costa y a cualquier costo, tanto en la contienda federal como local. Sobre todo después de que Alejandro Murat hiciera públicas sus intenciones de “sumarse” a la campaña de Claudia Sheinbaum, quien ha instruido mantenerlos a distancia, sin importar la “simpatía” que les tiene el aún presidente Obrador.  

Ya que la aspirante a candidata presidencial sabe muy bien que incluir abiertamente a los Murat crearía una confrontación directa con el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, quien se ha comprometido a castigar la corrupción muratista y terminar con 25 años de impunidad. Pero para ello, primero deberá volverlos a derrotar en la cancha electoral. 

Al tiempo. 

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