Ciudad de México.- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) califica a la violencia de género como una pandemia, siendo México uno de los países más peligrosos del mundo, para las mujeres.
La Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares realizada en el 2016 por el INEGI, señala que el 66.1% de las mujeres mayores de 18 años han sufrido algún tipo de agresión física, psicológica o sexual; es decir 66 de cada 100 mujeres.
Sin embargo, solo el 9.45% realizó una denuncia ante las autoridades. Evidenciando un problema aún mayor, la falta de atención, asistencia y apoyo a las mujeres víctimas de violencia.
A esta pandemia, se suma la causada por el COVID-19, que tras varios meses de cuarentena y aislamiento obligatoria, ha dejado salir las peores versiones de muchas personas.
No obstante, eso no implica que un hombre o una mujer se vuelva violento de un día para otro; en la mayoría de los casos la persona ya tiene problemas emocionales y al estar en situaciones de alto estrés detonan esa parte de su personalidad, explica Liana Rebolledo, Vocera de La Vida por Delante, organización civil que busca incidir y ofrecer soluciones a la creciente violencia familiar.
Integrada por más de 500 instituciones y agrupaciones sin fines de lucro, La Vida por Delante tiene presencia en las 32 entidades del país, donde a través de los años, ha ofrecido una alternativa de ayuda a las mujeres, niñas, niños, adolescentes e incluso hombres, que han sufrido o ejercido violencia al interior de la familia.
Para ello, cuentan con una red de profesionales que brindan asesoría legal, asistencia psicológica y médica, así como refugio en caso de requerirlo. Todo ello bajo estrictas medidas de seguridad y confidencialidad.
También se capacita a las mujeres para que puedan ser autosuficientes, que sean independientes y entiendan que no necesitan depender de un hombre para que no sean maltratadas, puntualiza Rebolledo.
Se ofrecen talleres, cursos, programas de apoyo y prevención con un enfoque promujer, con el objetivo de informar y ofrecer los recursos necesarios para que terminen ese circulo de agresiones.
“Hemos rebasado los limites de violencia. Si el gobierno no está haciendo nada, nosotros como sociedad civil tenemos que hacer una diferencia para educar a nuestros hijos de una manera diferente”, afirma Rebolledo, quien insiste en la importancia de concientizar, educar y fomentar el respeto en una edad temprana.
“Se debe educar a los niños con amor, no con violencia”, añade al destacar el valor que tiene el enseñar a nuestros hijos desde pequeños a reconocer e identificar los comportamientos violentos.
“Debemos educar a nuestros niños y niñas en equidad y respeto. Necesitamos que tanto hombres como mujeres participen en la educación, es una responsabilidad compartida”, señala en entrevista.
Como activista defensora de los derechos de las mujeres, Lianna Rebolledo reconoce que uno de los mayores retos es cambiar toda una estructura social sustentada en roles de género preestablecidos, que relegan la importancia de la mujer y colocan al hombre por encima de ellas. Comportamiento que se convierte en un estado mental y una forma de vida.
“Hay muchas mujeres que no identifican que son víctimas de violencia”, lo que genera un ambiente familiar hostil y muchas veces ese tipo de mentalidad se hereda a los hijos e hijas, y “si no enseñamos a las niñas y a las jóvenes a diferenciar la violencia, van a formar matrimonios con violencia intrafamiliar”, advierte.
Sin embargo, añade, el hombre violento también debe buscar ayuda porque “todos tenemos derecho a una vida libre de violencia” y para ellos también existen opciones, explica al reiterar la importancia de cambiar nuestra “cultura”, esa “forma de vivir, de relacionarse”.
“Hay mucho trabajo y un camino muy largo por recorrer, pero podemos hacerlo. No queremos que ninguna vida se siga perdiendo”.
Para Lianna Rebolledo, el cambio empieza desde nuestra propia familia ya que como padres tenemos la responsabilidad de hacer una diferencia para que desde las primeras etapas las niñas y los niños puedan reconocer los tipos de violencia y comenzar a cambiar los malos hábitos que hemos arraigado como sociedad.
“Confío en la buena voluntad de todas las personas que ya están cansadas de la violencia, que necesitamos salir de nuestra zona de confort para buscar este apoyo”.
Por último, recordó a todas las mujeres que sufren algún tipo de violencia en el hogar, que “no están solas”, que merecen ser felices, ser respetadas y sobre todo, que tienen derechos y nadie puede hacerlas sentir menos.
Invitó a todas aquellas que requieran apoyo o asesoría, a comunicarse al 55 3677 85 18, número de WhatsApp disponible las 24 horas los siete días de la semana, para atender de manera confidencial y profesional, a mujeres que sean víctimas de violencia o necesiten ayuda para terminar con un comportamiento nocivo y dañino para ellas, su familia y sus seres queridos.
“Se puede vivir libre de violencia; merecen ser respetadas, son seres humanos únicos y nadie tiene derecho a violentarlas ni atentar contra su dignidad. Tiene un valor muy grande y en el momento en que decidan buscar el apoyo, se darán cuenta que pueden vivir con paz, que pueden realizarse. Siempre podemos volver a empezar, lo importante es reconocer que necesitamos ayuda. En el momento en que la buscas y te abres a este cambio, te das cuenta que puedes lograr todo lo que te propongas en la vida. No mereces ser violentada, tienes toda la vida por delante y no estás sola”. – Lianna Rebolledo