• La medida también incluye un aumento al Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) en estos productos 

Ciudad de México.- El Senador de Morena, Salomón Jara Cruz presentó una iniciativa para prohibir la publicidad, venta, regalo, distribución o suministro de bebidas y alimentos “con bajo valor nutricional y alta densidad energética” a menores de edad en todo el país, dejando la decisión de consumo a los padres y/o tutores. 

Para ello, Jara Cruz propone incorporar de manera explícita, el derecho de niñas, niños y adolescentes a la “alimentación y a la nutrición saludable”,  en el artículo 13 de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Así como modificar el Capítulo Noveno denominado Del Derecho a la Protección de la Salud y a la Seguridad Social, adicionando en los artículos 50, 50 bis y 50 ter, los términos del nuevo derecho a la alimentación y a la nutrición saludable.

De igual forma propone reformar el artículo 149 y adicionar un nuevo artículo 148 ter a la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en los cuales se establecen las acciones que deberán ser consideradas como infracciones, tanto en el ámbito federal como estatal; así como las sanciones correspondientes y las autoridades competentes para atender esta problemática.

Estipula que las autoridades de los tres niveles de gobierno deberán promover mecanismos para contribuir a garantizar el derecho a la salud e informar a niñas, niños y adolescentes, así como a las madres y padres de familia o tutores, de los riesgos derivados del consumo de bebidas azucaradas o edulcoradas y alimentos procesados o industrializados de alto contenido calórico y nulo valor nutritivo.

Además, las personas que comercializan o distribuyen este tipo de productos estarían obligados a exigir a las personas que pretendan adquirirlos que acrediten su mayoría de edad, sin lo cual no podrá realizarse la venta, regalo o suministro. De manera adicional, esta iniciativa propone modificar el artículo 301 de la Ley General de Salud para prohibir la venta, distribución, suministro o regalo de bebidas azucaradas o edulcoradas y alimentos envasados de bajo valor nutricional y alto contenido calórico, a personas menores de edad, dentro y fuera de las instituciones educativas, públicas y privadas de educación básica y media superior.

También incluye reformas a la Ley del Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) para incorporar dos nuevas alternativas en materia fiscal encaminadas a “reorientar lo realizado hasta hoy y a promover un mayor impacto en materia de salud pública”.

De acuerdo a las recomendaciones de los organismos especializados a nivel mundial, el impuesto a bebidas saborizadas debería ser de, al menos, el 20 % de su precio final para que realmente tenga un impacto en la estrategia contra la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. No obstante, actualmente el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) establecido en nuestra legislación para este tipo de bebidas es de 1.26 pesos por litro; y de 8% para los alimentos no básicos que contengan una densidad calórica de 275 kilocalorías o mayor por cada 100 gramos. A lo anterior, debe añadirse la carga impositiva correspondiente al 16% de IVA.

Lo anterior significa que, una botella de 3 litros de refresco, cuyo valor en el mercado ronda los 37 pesos y contiene 180 kilocalorías por cada 100 mililitros, actualmente paga solo 3.7 pesos de IEPS. Por su parte, la presentación más común de botella o lata de refresco de 355 mililitros, cuyo valor en el mercado ronda los 8 pesos, solo paga 3.5 centavos de IEPS, precisó el Senador oaxaqueño.

Ante este panorama, se pretende realizar un “ajuste sustancial” e “incrementar significativamente” el impuesto a bebidas saborizadas y alimentos no básicos de alta densidad calórica, tomando en cuenta que las ganancias de esta industria en México son superiores al 10% anual, por lo que con dicho incremento, el impuesto pasaría de 1.2 pesos a 5 pesos por litro de refresco y de 8% a 25% en alimento, recursos que el gobierno de la república podría destinar a: 

1.- Aumentar la accesibilidad y disponibilidad de agua potable;
2.- Fortalecer las políticas para promover un cambio hacia el consumo de bebidas y comida saludables;
3.- Mejorar la atención a la salud; y,
4.- Promover cambios en la agricultura e industria hacia comidas y bebidas saludables.

La iniciativa considera bebidas azucaradas o edulcoradas y alimentos envasados de bajo valor nutricional y alto contenido calórico, aquellos que excedan los límites máximos de azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio y los demás nutrimentos críticos e ingredientes que determine la Secretaría de Salud a través de las disposiciones normativas correspondientes.


De aprobarse dicha propuesta, la aplicación, vigilancia y cumplimiento de esta disposición estarían a cargo de la Secretaría de Salud y de la Secretaría de Educación. Y las violaciones a estas disposiciones serán sancionadas administrativamente en términos de la presente Ley, sin perjuicio de las penas que correspondan cuando sean constitutivas de delitos. Estando exentos de estas medidas madres, padres o tutores legales, quedando bajo su estricta responsabilidad el consumo de estos productos por las personas menores de edad.

En su exposición de motivos, Salomón Jara Cruz destacó los graves problemas de salud pública asociados a la obesidad y a la mala alimentación en México, los cuales -dijo- “nos exigen a todas y todos actuar de manera responsable y urgente”, ya que “nadie puede negar el enorme daño para la sociedad, y particularmente para nuestras niñas y niños” que provoca del consumo de bebidas azucaradas o edulcoradas y de alimentos procesados o industrializados, de alto contenido calórico y nulo valor nutrimental.

“Desafortunadamente, la ingesta de este tipo de productos está profundamente arraigada en nuestro país y ello nos obliga a tomar acciones más contundentes para detener el deterioro progresivo de la salud de millones de personas. En este contexto, el objetivo de la presente propuesta NO es prohibir el consumo o aumentar el IEPS como fórmulas mágicas”. 

Señaló que esta iniciativa sería el primer paso y el inicio de un proceso mucho más complejo y de mediano o largo plazo en el que, el gobierno, sociedad en general, padres y madres de familia en particular, y el sector empresarial, “tendremos que trabajar conjuntamente para promover tres objetivos fundamentales y superiores”:

1.- Mejorar drásticamente la alimentación y la cultura nutricional de las futuras generaciones;

2.- Poner al alcance de nuestra sociedad productos que cumplan con los requisitos nutrimentales que nos permitan evitar en el futuro problemas de salud pública como los que enfrentamos hoy; y,

3.- Dotar al Estado mexicano de los recursos necesarios para invertir, sin corrupción y sin complicidad, en la atención efectiva de las causas culturales y estructurales que generan estos problemas, a través de campañas y de políticas de salud y educación que nos permitan poco a poco transformar la realidad

“Ninguna realidad cambia por decreto, pero a veces hay que tomar decisiones para empezar e impulsar la transformación que necesitamos. Desde luego que el objetivo es complicado, pero todos los procesos de cambio lo son y, particularmente, este será un proceso de cambio estructural y cultural muy profundo”, destacó el legislador morenista. 

“Se trata de una medida necesaria y proporcional, al igual que el caso de las prohibiciones vigentes en materia de cigarros y bebidas alcohólicas. Nada puede tener más valor que el bienestar de niñas, niños y adolescentes,” aseguró. 

En caso de ser aprobada, la Cámara de Diputados deberá destinar en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2021, recursos adicionales para fortalecer los programas de prevención y control enfermedades; prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes; y acceso a agua potable, a efecto de promover una alimentación equilibrada y saludable desde la infancia.

El Dato: En México, el 70% de la población padece sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad, además, esta enfermedad se asocia directa y principalmente con la diabetes y enfermedades cardiovasculares, pero también con trastornos óseos y musculares y algunos tipos de cáncer.

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