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Su posición geográfica, así como los altos niveles de corrupción e impunidad que ha permitido el Estado, han convertido a Zacatecas en una de las entidades más violentas del país, situación que se agravó con la llegada de David Monreal Ávila a la gubernatura, desatando una cruenta guerra entre grupos criminales que buscan mantener o ampliar su poder en la región. 

Pese a los esfuerzos de la federación, quien ha ordenado el despliegue de más elementos de la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, los ataques no cesan y la violencia afecta a todas las esferas sociales, desde institucionales hasta civiles, quienes se han convertido en las principales víctimas de la ausencia de autoridad. 

Cuerpos colgados en puentes vehiculares, asesinatos de policías ya sea en horarios laborales o en sus días de descanso; jóvenes secuestrados, torturados y asesinados; enfrentamientos entre grupos armados prácticamente todos los días a lo largo del territorio zacatecano y hasta decenas de cuerpos abandonados en la vía pública o a las puertas del Palacio de Gobierno, símbolo de la (in) gobernabilidad; son parte de las dantescas escenas que enfrenta a diario Zacatecas. 

Tras un sexenio gris del priista Alejandro Tello Cristerna, la llegada de David Monreal Ávila a la gubernatura vislumbraba una “luz de esperanza” para retomar el camino al desarrollo y la pacificación del estado, sin embargo, en solo unos meses esa idea de cambio que proponía la llegada de la Cuarta Transformación se esfumó, hundiendo a la entidad en una mayor oscuridad. 

De acuerdo a cifras del gobierno federal, en lo que va del 2022 han sido asesinadas al menos 178 personas, incluidos 14 elementos de seguridad, así como maestras, jóvenes, niños, adolescentes, mujeres y hombres de la tercera edad, muchos de ellos sin relación con hechos delictivos pero que han sido estigmatizados y revictimizados por las propias autoridades. 

El pasado 6 de enero, “Día de Reyes”, diez cuerpos fueron abandonaos en una camioneta afuera del Palacio de Gobierno, justo en el corazón de la capital zacatecana. Todos con visibles huellas de tortura. 

Horas más tarde Monreal Ávila publicaba un video caminando por la zona, pidiendo al pueblo encomendarse a Dios para recuperar la paz en Zacatecas, divagando como si intentara negarse a sí mismo, la realidad que enfrenta la entidad que pidió gobernar. 

Gracias a las secuencias que documentaron las cámaras de videovigilancia de la Secretaría de Seguridad, se logró la detención de dos presuntos responsables, un hombre de 41 años y una mujer de 20, quienes fueron vinculados a proceso acusados por el delito de secuestro agravado en contra de las 10 víctimas. Desde entonces no se sabe más del caso. 

Casi un mes después, el 5 de febrero pasado -día de la Constitución Mexicana- civiles fuertemente armados abordo de camionetas todo terreno, dejaron 10 cuerpos en calles de Fresnillo, demarcación gobernada por Saúl Monreal Ávila, quien a pesar de ser hermano del titular del ejecutivo, ha criticado en diversas ocasiones la estrategia de seguridad, sobre todo en su municipio que se ha convertido en uno de los más violentos de la región. 

Ese mismo día se encontraron seis cuerpos colgados afuera de una bodega en Pánfilo Natera y otro más ultimado en la vía pública del municipio de Guadalupe. 

El caso más reciente es el de cinco jóvenes que fueron secuestrados y asesinados. Tres hombres y dos mujeres, quienes salieron a divertirse el fin de semana a una conocida zona nocturna pero fueron secuestrados por un grupo armado a escasos metros de un punto de vigilancia de la Guardia Nacional y la Fiscalía de Zacatecas. Los cuerpos de cuatro fueron localizados el domingo en un vehículo abandonado sobre la carretera estatal rumbo al municipio de Genaro Codina. 

Un sexto acompañante que logró escapar, alertó a los familiares de sus amigos quienes acudieron a presentar las denuncias ante la Fiscalía, sin embargo la dependencia no brindó la atención necesaria a tiempo para encontrarlos con vida, no obstante, tras la difusión masiva del caso, logró la detención de dos mujeres y tres hombres que habrían participado en el crimen.

El viernes 18 de febrero, seis días después de los hechos, los restos de la quinta víctima, una joven de 24 años, se encontraron en una casa del fraccionamiento Valle Verde, en los límites entre Guadalupe y Zacatecas capital. Junto a ella se encontró el cuerpo de otro hombre, cuya identidad se mantenía como desconocida hasta el cierre de esta edición. 

Ante este caso, a la indignación social se sumó el reclamo colectivo por el silencio del Gobernador David Monreal, quien no ha emitido posicionamiento alguno sobre el tema. 

En declaraciones previas, Monreal Ávila incluso ha negado los altos indices de violencia que vive Zacatecas, culpando al pasado y a las administraciones “neoliberales” que permitieron el avance del crimen organizado.

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del 2015 al 2021 se ha registrado un incremento del 466% en homicidios dolosos, lo que coloca a la entidad entre las cinco con mayor tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes.

Hace seis años, el promedio de homicidios era de 0.78 por día, pero en el 2021 ascendió a 4.4 muertes cada 24 horas, alcanzando los 1,652 homicidios dolosos en el año. Del total, mil 114 se contabilizaron dentro del periodo de Alejandro Tello Cristerna, mientras los 538 se suscitaron de septiembre a diciembre de 2021, ya con David Monreal Ávila como gobernador. 

En números: 

  • 2015: 337 homicidios.
  • 2016: 584 homicidios.
  • 2017: 709 homicidios.
  • 2017: 773 homicidios.
  • 2019: 683 homicidios.
  • 2020: mil 244 homicidios.
  • 2021: mil 652 homicidios.

Fragmento del Artículo “Zacatecas, un nuevo infierno”, publicado en la Revista POLIGRAFO, Política Gráfica Objetiva de Febrero, puedes descargarla aquí.

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